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Cómo blindarse al efecto Trump

La política proteccionista de Trump ha irrumpido como un huracán. Descubre qué implicaciones y oportunidades puede tener para tu empresa.

02/04/2025  Raúl AlonsoActualidad
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Donald Trump se sentó en el Despacho Oval el pasado 20 de enero, desde entonces muchas cosas han cambiado. En su segundo mandato, el presidente de los Estados Unidos lanza un órdago al proceso de globalización, avanzando hacia una nueva fase de localización de las economías nacionales.

Hoy es imposible saber su recorrido, pero los analistas coinciden en señalar que los países se verán obligados a definir en qué bloque quieren competir con un precio del dólar al alza.

La pregunta es si en tu empresa se ha valorado el impacto del efecto Trump: además de para afrontar una nueva era, puede servirte para identificar oportunidades de crecimiento. 

Cómo blindarse al efecto Trump

El efecto disruptivo de Trump

Hay que convencerse, más allá del debate ideológico, el efecto disruptivo de Trump es indudable. “Ha venido a acelerar una situación que ya vivíamos. Hace años que no estamos en esa globalización de la que todo el mundo hablaba”, explica Ignacio Bartolomé, CEO de la consultora de internacionalización How2Go, que cuenta con doce oficinas propias repartidas por el mundo.

Para el también vicepresidente de Acocex (Asociación Española de Profesionales de Comercio Exterior): “Esto quiere decir que los mercados, cada día más, se tienen que posicionar o del lado de uno o del lado del otro. Y, poco a poco, va a ser imposible estar en el medio”.

Esto podría significar que las empresas que cuentan con grandes proveedores en mercados como el chino deban cuestionar su actual cadena de suministro, así, podrán reindustrializar su modelo productivo en busca de una mayor autonomía o salir a buscar socios en otros países, o viceversa, apostar por el bloque liderado por el gigante asiático.

“Lo que no vamos a poder es estar en medio, esto es lo que está intentando acelerar Trump”, explica Bartolomé, que no se resiste a ver el vaso medio lleno: “Está claro que esta situación va a generar grandes retos, pero también grandes oportunidades”.

Cómo blindarse al efecto Trump

«Si sabemos anticiparnos, podemos aprovechar para reposicionarnos como nuevos proveedores o abriendo nuevos mercados»

Ignacio Bartolomé, CEO de How2Go

Bartolomé asume que la política de aranceles que baraja la Casa Blanca generará movimientos en el sistema de proveedores, y “si sabemos anticiparnos, podemos aprovechar para reposicionarnos como nuevos proveedores o abriendo nuevos mercados”, apunta Bartolomé.

Por ejemplo, si determinados sectores industriales mexicanos se ven afectados por aranceles, sus clientes estadounidenses buscarán otros proveedores de recambio, generando una oportunidad para la empresa española capaz de identificar esas necesidades.

En el caso de que esos aranceles impacten en la Unión Europea, aquellas empresas que tienen vigentes contratos anuales de suministro, “deben estudiar cómo asegurar sus operaciones fijando un tipo de cambio o el propio proceso”, continúa Bartolomé.

Impacto de los aranceles

De momento sabemos que Trump entiende y utiliza las políticas de aranceles como moneda de cambio, de objetivos económicos o no, ya que también se utilizan con otros fines como el control de la inmigración en el caso de México. Pero, ¿cuál es el impacto que puede tener sobre la empresa española?

Sobre el conjunto de exportaciones, las que tuvieron como destino los Estados Unidos representan un valor del 2,3% del PIB español (unos 22.000  millones de euros), frente al 4,6% de media de los países de la UE, según se explica desde Cámara de Comercio de España. Esta exposición es considerada relativamente baja, al menos frente a las de otras economías comunitarias como la italiana, alemana o francesa.

Raúl Mínguez, director del Servicio de Estudios de Cámara de Comercio de España, señala que “estamos hablando de unas 27.000 empresas al año que exportan a Estados Unidos, de distintos sectores, regiones y dimensiones, que sí pueden ver encarecer sus productos en el mercado norteamericano”.

Pero las empresas exportadoras no son las únicas afectadas. Mínguez recuerda otros impactos como el de las exportaciones indirectas: “Aquellas que, no teniendo un cliente final en Estados Unidos, se dirigen a un país desde el cual después se exportan a Estados Unidos vía incorporación en un producto más sofisticado”.

En tercer lugar, continúa explicando, “si se interrumpe el comercio internacional de bienes, también se ven afectados determinados servicios. Se estima que esta actividad tiene un valor en la Unión Europea de entre el 10% y el 20% del total del importe en transacciones con bienes. Entre los sectores afectados están transporte, logística, financiación y aseguramiento, mantenimiento o posventa.

Cómo blindarse al efecto Trump

«Si se interrumpe el comercio internacional de bienes, también se ven afectados determinados servicios»

Raúl Mínguez, director del Servicio de Estudios de Cámara de Comercio de España

El escenario no es inédito. En el gobierno Trump de 2017 a 2021 ya se vivieron incrementos arancelarios en algunas partidas como la aceituna de mesa.

Según datos de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), este producto ha perdido dos tercios del mercado estadounidense, ya que la medida se prolongó durante el mandato de Joe Biden, representando unas pérdidas de 260 millones de euros fruto de esta medida proteccionista. “Lo que ha hecho la empresa española”, recuerda Mínguez ha sido “contrarrestar exportando a América Latina, Oriente Medio y, en menor medida, en Asia, todos ellos mercados donde hay mucho recorrido”.

Al margen de diversificar los destinos de las exportaciones, Mínguez explica que en el anterior mandato Trump “otras empresas españolas abrieron unidades en Estados Unidos, bien comprando empresas ya existentes o invirtiendo directamente”. Una posibilidad que, reconoce, “es más factible para las corporaciones con gran capacidad inversora”.

En el caso de las pymes, Mínguez considera que “la negociación pura y dura con los socios comerciales de los Estados Unidos” es la alternativa más realista: “Renegociar precios, plazos, y condiciones con los importadores y distribuidores estadounidenses para, en cierto modo, repartir ese impacto de los aranceles”.

Juan Carlos Martínez-Lázaro, profesor de economía de IE University, especializado en coyuntura económica y política mundial, considera que “es complicado sortear la política de aranceles, salvo que produzcas ahí o decidas hacerlo en un país que no esté sujeto a aranceles, pero en ambos casos es complejo y caro”.

Cómo blindarse al efecto Trump

«En la medida de lo posible, y en colaboración con tu distribuidor, también se pueden anticipar ventas y almacenar. Aunque sea una medida de corto recorrido, se puede evitar que esas operaciones se vean grabadas por los aranceles»

Juan Carlos Martínez-Lázaro, profesor de economía de IE University

En su opinión, hay que establecer baremos de alarma, “si se evalúa que con un arancel del 10% o del 20%, mi producto deja de ser competitivo, debo buscar nuevos mercados”. Sin embargo, recuerda que no hay que precipitarse, si muchas empresas operan en Estados Unidos es porque “allí encuentran una rentabilidad que es más difícil lograr en otros países”.

Anticipar operaciones puede ser también un paliativo. “En la medida de lo posible, y en colaboración con tu distribuidor, también se pueden anticipar ventas y almacenar. Aunque sea una medida de corto recorrido, se puede evitar que esas operaciones se vean grabadas por los aranceles”. 

Cómo blindarse al efecto Trump

Aranceles para todos

Del anterior gabinete Trump, también aprendimos que, fruto del utilitarismo político, hubo anuncios que nunca se cumplieron e incluso, algunas de las decisiones tuvieron marcha atrás. Pero para empezar a valorar la situación, Mínguez, recuerda la importancia de un hecho obvio: la política de aranceles para todos “no modifica los precios relativos de los productos.

Por esta razón, en principio, la empresa española no está ni en mejor ni en peor posición que sus homólogas europeas”. A lo que desde How2Go, Bartolomé suma que “aquellos operadores que lo sepan hacer bien, podrán posicionarse mejor”.

En su opinión, lo importante es empezar a decidir. “Que se aplique a los productos canadienses o de cualquier otro país un 25%, puede abrir también la puerta a que productos europeos que no estén gravados con ese arancel, encuentren facilidades para llegar a Estados Unidos”.

Aunque el objetivo en términos de política interna estadounidense es incentivar que esos suministros se cubran con la oferta interna, Bartolomé recuerda que “las empresas se rigen por el libre comercio y la mejor oferta”.

En la práctica, esto supone que aquellas empresas que estén en posición de llevar su producto en condiciones más ventajosas tienen la posibilidad de convertirse en proveedores.

Revisión estratégica de los proyectos

Si algo se debe tener claro, es que las empresas afrontan un nuevo periodo y eso requiere de un análisis estratégico de proyectos. En opinión de Bartolomé, “hay que buscar asesoramiento e identificar los potenciales impactos y cómo estos pueden cambiar las reglas del juego, hasta el punto de que tengas que comportarte de otra manera con rapidez: lo que tenemos que hacer es redefinir nuestros KPI”.

“Y ese análisis debe transformarse en estrategia”, continúa Bartolomé: “Hoy, las empresas tienen que concentrarse mucho en la planificación y en entender a qué diferentes escenarios pueden enfrentarse y cómo reaccionar. En este nuevo mundo, los que estén más preparados van a llegar antes y lo van a hacer mejor”.

Bartolomé plantea dar respuesta a preguntas como “¿deberíamos estar mirando oportunidades en Estados Unidos?, ¿quién estaba exportando y ya no lo hace?, ¿cuáles eran esas cifras de exportación?, ¿quiénes eran los principales importadores de esos productos?”. De esta reflexión puede surgir la decisión de apostar por este mercado.

Análisis de riesgo

En definitiva, este entorno exige un buen análisis de oportunidades… y de riesgos.

Desde Marsh, Elvira Lacalle, directora de Multinationales de la firma neoyorquina de gestión de riesgos, comenta que “el entorno actual supone un reto importante para las empresas multinacionales a la hora de hacer negocios, en gran parte debido a la volatilidad e incertidumbre que supone el entorno geopolítico, regulatorio y fiscal. Nuestra recomendación desde un punto de vista de riesgos, es adoptar una estrategia proactiva, aunque los riesgos globales son comunes, estos adquieren matices en cada una de las geografías, precisamente por los cambios legislativos y fiscales en constante modificación”.

En su opinión, “el proceso de identificación, evaluación y mitigación de estos riesgos en los distintos países, es clave para diseñar una estrategia basada en el control y mitigación de los mismos”.

Como vía de amortiguación, se propone “una transferencia de riesgos al mercado de seguros a través de programas internacionales de aseguramiento. Estos ayudan a las empresas a “establecer una cobertura global, adaptada a sus necesidades, a la vez que se optimizan costes, buscando compatibilizar este tipo de soluciones que aportan estabilidad con coberturas locales más específicas”.

Cómo blindarse al efecto Trump

“El proceso de identificación, evaluación y mitigación de estos riesgos en los distintos países, es clave para diseñar una estrategia basada en el control y mitigación de los mismos”

Elvira Lacalle, directora de Multinationales de Marsh

Un análisis de riesgo, donde el factor político podría ser determinante. Lo recuerda Martínez-Lázaro: “Hay que hacer un seguimiento a lo público. Al final, los aranceles que pueda poner Estados Unidos serán devueltos de una u otra manera por Europa, y estas situaciones suelen llevar a una negociación en la que la que el contexto podría suavizarse, más en un contexto en el que vemos cómo Trump utiliza los aranceles como elemento de presión”.

“Además, no debemos olvidar la presión interna que el gobierno Trump va a soportar”, continúa el profesor de IE University, “porque esa política de aranceles no puede ser bien vista por muchas de esas empresas estadounidenses que tienen aseguradas ventas millonarias en Europa”.

Presión a la que se suma el efecto inflacionista de las políticas arancelarias, “mantener esta tensión durante mucho tiempo podría pasar una factura inasumible”. 

Margen de maniobra

Otro de los factores a considerar es cómo gestionar la subida de los costes de exportación, y aquí cada producto ofrece peculiaridades. Una posibilidad es repercutir esta alza en el consumidor final: “Hay productos que tienen más elasticidad de margen por su singularidad, por su capacidad competitiva o, simplemente, por ser difícilmente sustituibles por los productores estadounidenses”.

En estos casos, Mínguez señala que el mercado norteamericano puede seguir mandándoles pese a la subida de precio.

Otro supuesto es el de aquellos productos que juegan con mayor margen de beneficio. En estos casos, se puede valorar absorber los sobrecostes, una decisión delicada para todos los expertos consultados. “Si nos dedicamos a bajar márgenes o a aplicar ‘descuentillos’ asumimos el riesgo de ser irrelevantes, porque siempre va a haber alguien que lo haga más barato”, resume Bartolomé.

En su opinión, “la expansión internacional no puede apoyarse en políticas de descuento, sino en aportar valor diferencial. Para eso hay que entender muy bien nuestro posicionamiento y con quién competimos. Y por tanto, insisto, en ser capaces de aprovechar otras oportunidades que se puedan estar abriendo”.

Revalorización del dólar

“Todo apunta a que vamos a tener un dólar fuerte”, defiende el profesor Martínez- Lázaro. “En teoría, eso significa que los exportadores están ganando más. Circunstancia que puede ayudar a muchas empresas a que sus precios no se vean tan afectados, siempre que la subida de los aranceles no sea desproporcionada, claro está”.

Punto en que coincide Mínguez, “depende tanto de la magnitud de la depreciación del euro como de la apreciación del arancel, pero el encarecimiento de las exportaciones europeas puede quedar amortiguado”, comenta Mínguez.

“Sin embargo, la apreciación del dólar tiene también su lado oscuro”, retoma Martínez Lázaro, “grava las importaciones españolas que hagamos en dólares y ahí el primer impacto es la de una factura energética más cara”.

Llamada a la cooperación

Otra de las consideraciones para la pyme señaladas por Mínguez, pasa por una llamada a la colaboración estratégica: “Se pueden sondear oportunidades por la vía de la cooperación entre empresas. Hay empresas que, por tamaño o músculo financiero, tienen problemas para abordar ese acceso a otros nuevos mercados o incluso a la inversión directa en Estados Unidos, pero pueden encontrar en la vía de la colaboración un estímulo para hacer frente a esa vicisitud”.

El segundo mandato Trump no ha hecho más que empezar, y nadie duda de que la guerra comercial forma parte de la estrategia de gobierno. Un hecho que convierte a la información, el asesoramiento y el análisis, hoy, en más necesarios que nunca para convertir la vicisitud en oportunidades. 

Cómo blindarse al efecto Trump

Estrategias en la segunda era Trump

1. Ofrecerse como proveedor de productos y servicios alternativos, en aquellas industrias y países que han visto encarecer sus suministros por las políticas arancelarias estadounidenses.

2. Actuar con rapidez para identificar y aprovechar las oportunidades que el periodo de cambio hacia el nuevo status quo ofrece, de modo que tu empresa pueda ser parte de la solución.

3. Crecer en otras regiones: en especial en América Latina, donde la UE avanza posiciones con el ambicioso acuerdo con Mercosur. Además, las empresas españolas tienen gran recorrido en países de Oriente Medio y Sudeste Asiático.

4. Jugar con el margen que pueda ofrecer un escenario en el que las exportaciones se encarecen –fruto de la aplicación de aranceles– pero el euro se abarata –como consecuencia de la apreciación del dólar–. 

5. Aprender del pasado. La empresa española ya vivió una situación similar en el mandato Trump 2017-2021, ahora hay que informarse de qué estrategias se implementaron y cuáles fueron las más exitosas.

6. Sortear los aranceles localizándose en Estados Unidos o alguno de los países en los que la subida de aranceles no aplica, para mantener la relación comercial con el gigante estadounidense.  

7. No olvidar atender al mercado interno. Del mismo modo que tu empresa sondea oportunidades, otras extranjeras o locales se moverán impulsadas por el tsunami Trump.

¿Debo abandonar el mercado de los EEUU?

Fruto de los análisis de riesgos y de coste oportunidad, puede haber empresas tentadas a abandonar su relación con el mercado estadounidense. Una decisión que además de precipitada, puede ser equivocada.

Bartolomé, CEO de How2Go, considera que “el de los Estados Unidos es un mercado complejo pero de alto valor añadido y enorme potencial de crecimiento”.

Si bien este experto reconoce que su nivel de exigencia es máximo, “aquellas empresas que sí están preparadas y tienen músculo financiero, nunca deberían descartarlo: si una estrategia no funciona, se puede volcar el esfuerzo en buscar oportunidades, teniendo presente que no hablamos de un único mercado sino de 50 estados, con una idiosincrasia y condiciones diferentes”.

Mínguez, de Cámara de Comercio de España, recuerda “la importancia de no perder los costes hundidos derivados de entablar una relación comercial” con Estados Unidos (o cualquier otro mercado).

Para explicar su relevancia estratégica, se retrotrae a la pasada crisis por el covid, cuando el comercio exterior se convirtió en una pata vital para la reactivación empresarial: “Al analizar los datos, vimos que las empresas que tenían una relación comercial exterior y no la habían perdido del todo, aunque su operativa fuera casi testimonial, fueron las que mejor aprovecharon la capacidad explosiva de la recuperación”.

Cómo blindarse al efecto Trump

El efecto Trump en igualdad y agenda verde

El pasado mes de febrero, la Embajada de Estados Unidos en España cumplía con el requerimiento del gobierno Trump de implementar la nueva regulación federal de antidiscriminación. Esta norma cuestiona las políticas de diversidad, igualdad e inclusión, y en este contexto implica que los proveedores de esta embajada certifiquen que no implementan este tipo de programas.

La exigencia del gobierno Trump choca con la actual legislación española, ya que hay obligatoriedad, por ejemplo, de implementar planes de igualdad LGTBI en todas las empresas con más de 50 trabajadores.

Un ejemplo de hasta qué punto los primeros meses del mandato Trump están impactando en distintos órdenes de la empresa española. Y en este contexto, no se puede olvidar a la llamada agenda verde.

Su aplicación es uno de los ejes más transformadores del modelo económico bajo los valores europeos, pero ahora se ve cuestionada desde la nueva operativa socioeconómica de los Estados Unidos.   

Bitcoin y otras criptomonedas
Raúl AlonsoMás de 20 años escuchando a los emprendedores españoles me ha llevado al convencimiento de que aquí hay mucho talento. Escribo sobre creatividad empresarial, gestión, marketing y tendencias.
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