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¿Qué impacto pueden tener los aranceles de Trump para las empresas españolas?

Las amenazas de Trump de imponer importantes aranceles a las importaciones de la UE podrían perjudicar a las empresas españolas, pero su impacto es limitado.

27/02/2025  David RamosActualidad
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Donald Trump ha entrado en la Casa Blanca como un elefante en una cacharrería. Nadie se ha visto demasiado sorprendido, puesto que la mayoría de las medidas que está tomando habían sido adelantadas de alguna manera durante su campaña electoral.

Pero lo que quizá no se esperaba nadie es que su acción incluso fuera más virulenta y que llegara todavía más lejos de lo que apuntaba antes de su elección.

El presidente de los Estados Unidos está llevando al límite su posición en asuntos tan trascendentales como el cierre de fronteras, los recortes gubernamentales, el ataque a las políticas de diversidad, la imposición de aranceles o la negociación de los conflictos en Gaza y Ucrania, desplegando su peculiar estilo de negociación, como contábamos en EMPRENDEDORES.

Trump amenaza con aranceles

Trump está amenazando con la imposición de aranceles a diestro y siniestro. Y en la mayoría de los casos, dichos aranceles no responden a un interés por equilibrar la balanza comercial, sino que sencillamente son una represalia si los países afectados no se avienen a hacer lo que él quiere, como el chantaje para que Colombia acepte a los migrantes deportados, por ejemplo, como contaba La Vanguardia.

“Trump utiliza los aranceles no tanto para proteger su industria nacional, sino como un instrumento de negociación en otros ámbitos políticos y comerciales. Este enfoque introduce una gran incertidumbre para los países afectados”, indica Raúl Mínguez, director del Servicio de Estudios de la Cámara de Comercio de España.

Y este es el mismo planteamiento con el que nos encontramos al hablar de posibles aranceles a los países de la Unión Europea, por lo que las empresas tienen motivos para estar preocupadas.

Sin embargo, desde la institución se indica que “el impacto directo de una eventual imposición de aranceles a la Unión Europea sería limitado en el caso de España, ya que nuestro país tiene una exposición menor que la de otros socios comunitarios como Italia, Alemania o Francia”.

“En el caso de España, nuestra balanza comercial con Estados Unidos es deficitaria. Es decir, importamos más de lo que exportamos”, detalla.  “Actualmente, las exportaciones a Estados Unidos representan alrededor del 2,3% del PIB español, frente al 4,6% que suponen para la UE27”, añade.

“Estas se dividen principalmente en tres grandes grupos: bienes de equipo (motores y otra maquinaria mecánica y electrónica, equipos eléctricos, equipamientos de oficina, entre otros), productos semimanufacturados (entre los que se incluyen químicos y farmacéuticos) y productos agroalimentarios (como grasas y aceites)”, especifica.

El país norteamericano es el sexto destino de nuestras exportaciones y el segundo de los países extracomunitarios, después de Reino Unido. “Hoy en día, las exportaciones españolas a Estados Unidos suponen cerca de 22.000 millones de euros al año, involucrando a más de 27.000 empresas de diferentes sectores, tamaños y regiones”, puntualiza la Cámara de Comercio de España.

En el otro lado de la balanza, las importaciones desde Estados Unidos suponen alrededor del 2,5% del PIB nacional, cifra que se eleva al 4,3% en el caso de la UE27. Y se distribuyen en cuatros grandes grupos: bienes de equipo, productos semimanufacturados, productos agroalimentarios y productos energéticos (principalmente petróleo y gas).

Por otro lado, la corporación subraya que, si los aranceles con los que amenaza Trump se llegan a materializar, una medida homogénea resultaría menos perjudicial para la economía global que una discriminación por sectores o bloques comerciales.

“Si se impone un arancel generalizado el impacto sería menor que si se establecen aranceles diferenciados por sectores o bloques geográficos, ya que esto último podría alterar los precios relativos y generar desventajas para determinadas industrias y territorios, además de generar incertidumbre”, aclara Mínguez.

Pero no sólo hemos de valorar el impacto directo de los aranceles, ya que sus repercusiones podrán ser mayores si consideramos el valor añadido por España a las ventas de otros países a Estados Unidos.

“Las exportaciones de productos de nuestros socios europeos al mercado estadounidense incorporan valor añadido producido en España. Una suerte de exportaciones indirectas a Estados Unidos, por la vía de las cadenas globales de valor, que también podría verse en riesgo ante el rearme arancelario anunciado por la Administración Trump”, destaca la Cámara de Comercio de España.

Además, habría que sumar el posible impacto sobre las exportaciones españolas de servicios no turísticos, dado que una parte de estas ventas de servicios están directamente vinculadas al comercio de bienes. “En caso de que las transacciones de mercancías se contrajeran, habría un impacto negativo sobre parte de las exportaciones españolas de servicios a Estados Unidos”, reseña.

En cualquier caso, la Cámara de Comercio de España recalca que las compañías españolas han sabido adaptarse a anteriores crisis. “De materializarse las amenazas de la nueva administración estadounidense, las empresas españolas podrían aplicar las lecciones aprendidas en la anterior etapa, cuando expandieron su presencia a mercados emergentes, buscaron nuevos socios comerciales y avanzaron acuerdos con importadores y distribuidores estadounidenses para renegociar precios, plazos y condiciones, buscando repartir el impacto de los aranceles”, expone.

David RamosDesde 2006, soy periodista freelance especializado en información económica, técnica y sectorial.
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