El año 2024 concluyó con una inflación del 2,8%. Aunque esta cifra está muy lejos del 10,8% que se llegó a marcar en julio de 2022, la evolución de los precios marca una tendencia preocupante, aumentado cada mes desde el 1,5% registrado en octubre, de acuerdo con los datos del Índice de Precios de Consumo del Instituto Nacional de Estadística.
Esto está provocando que la inflación sea una de las mayores preocupaciones latentes en el tejido empresarial español. En concreto, 3 de cada 4 autónomos y pymes (76%) declaran verse afectados por el incremento de los precios en mayor o menor medida.
Este dato se desprende del ‘II Informe Hiscox de pymes y autónomos en España’, realizado por la aseguradora en colaboración con KPMG, que también desvela que más de la mitad de las pymes (51,3%) han de lidiar con márgenes de beneficio reducidos, lo que incrementa la presión sobre su rentabilidad, a pesar de que ha disminuido el porcentaje de empresas que subrayan el impacto directo del aumento de los precios: 40,1% de las consultadas en 2024, frente al 50,4% en 2022.
Esta inquietud por la inflación es uno de los motivos que explicaría que la eficiencia y la reducción de costes sea el principal objetivo para las empresas en 2025, tal y como contábamos en este artículo.
No sólo inquieta la inflación
La inflación no es lo único que preocupa a los autónomos y las pymes españolas. Otro factor que alarma es la inestabilidad geopolítica, exacerbada por la guerra en Oriente Próximo o en Ucrania.
No en vano, 2 de cada 3 empresas consultadas (67,1%) se muestran intranquilas por este motivo. No obstante, el porcentaje de ellas que se sienten muy o bastante afectadas ha experimentado una ligera disminución, pasando del 33,5% en 2022 al 32,1% en 2024.
El tercer factor que más inquieta en el tejido empresarial español son los avances tecnológicos, citado por casi dos tercios de los autónomos y pymes (63%). Aunque también hay que destacar que ha disminuido ligeramente el porcentaje de empresas que se sienten muy o bastante afectadas por esta causa, pasando del 30,6% en 2022 al 29,3% registrado en 2024.
Los autores del informe explican que esta preocupación se explica porque la digitalización sigue siendo un reto esencial para mantener la competitividad en el mercado, lo que obliga a las pymes a adaptar sus procesos y mejorar su eficiencia operativa.
El cambio climático se coloca en el cuarto lugar entre las inquietudes de los autónomos y pymes, factor citado por casi 6 de cada 10 de ellos (59,8%).
Las empresas se sienten preocupadas por sus efectos, especialmente en lo relativo al endurecimiento del marco regulatorio y las alteraciones generadas tanto en el mercado como en las operaciones diarias.
De hecho, el porcentaje de empresas que se sienten muy o bastante afectadas ha aumentado notoriamente, situándose en el 23,3% en 2024, frente al 15,7% de 2022.
Además, la escasez de recursos, estrechamente ligada a la crisis climática, afecta al 59,6% de las pymes. En este caso, un 28,8% de las empresas se muestran muy o bastante afectadas, lo que refleja también una tendencia al alza respecto al 27,6% de 2022.
Los cambios demográficos también preocupan a muchas empresas. Más de la mitad de las pymes encuestadas (54,2%) perciben impactos derivados de los cambios en la estructura demográfica, aunque el porcentaje de empresas muy o bastante afectadas ha disminuido, pasando del 25,1% en 2022 al 19,9% en 2024.
Finalmente, la ciberseguridad es otro de los temores que rondan a las pymes y autónomos. Más de la mitad (53,7%) expresan inquietud por las amenazas cibernéticas A pesar de ello, el porcentaje de empresas que se consideran muy o bastante afectadas ha experimentado una ligera reducción, pasando del 21,2% en 2022 al 19,9% en 2024.