En plena promoción y desarrollo de Matteco, Iker Marcaide tenía programado un viaje a Alemania, pero lo canceló. Como líder de un grupo de impacto, imposible desentenderse de la dantesca situación que vive estos días su territorio.
Así que se arremangó, dejó de lado el nuevo proyecto de impacto medioambiental y social, con el que quiere revalidar el título de empresa unicornio nacional, y se puso manos a la obra él y todo el equipo que forma parte de Zubi Group.
A todos los ha puesto a trabajar ahora en Zubi help, la iniciativa para canalizar y centralizar ayuda urgente para las zonas afectadas por la DANA, dando muestras, una vez más, de su tremenda habilidad estratégica.
Si la fecha fatídica que forma ya parte de la memoria colectiva valenciana es el 29 de octubre de 2024, apenas 15 días después, Zubi help acumula ya cifras que, en el supuesto de que se tratase de un emprendimiento, tendríamos que hablar de caso de éxito rotundo.
Más de 100 camiones de ayuda recibidos, más de 2.000 palets movilizados, más de 1.000 voluntarios captados, más de 400 entregas en 15 municipios atendidos, más de 70 empresas colaboradoras, más de 400 mensajes de cariño, que tampoco vienen mal. Todo ello centralizado en una de las naves de lo que será la futura fábrica de 10.000 metros cuadrados de Matteco, en el polígono La Andana de Paterna, en Valencia, convertida estos días en centro logístico improvisado.
Necesidades que mutan cada día
Para organizar el trabajo y las ayudas recibidas, Zubi help se ha estructurado en distintas áreas. Están la relativa a la donación de productos, la del voluntariado, otra para solicitar ayudas donde se recoge todo el inventario disponible y otra orientada a la reconstrucción de las zonas devastadas. Otra pestaña se dedica a la recepción de ayudas económicas a la fundación solidaria Felisa, una organización montada hace tiempo por Iker Marcaide y Margarita Albors, fundadora de Social Nest, aprovechando la coincidencia del nombre de la abuela y bisabuela, respectivamente.
La primera iniciativa, el 2 de noviembre, “consistió en aprovechar nuestras capacidades en la cadena de suministro para convertir nuestra fábrica de Matteco en un centro logístico a gran escala para artículos de primera necesidad”, cuanta Marcaide en la cuenta de LinkedIn.
Con la nave habilitada, empezaron ya a lanzar peticiones conforme a unas emergencias que cambian cada día. Lo primero fue lo básico: alimentos, agua, artículos de limpieza, tapers, epis, haraganes, botas militares, guantes de trabajo, bombas de achique… y, menos medicamentos que no recogen, cualquier otra cosa de primera necesidad que nos venga a la cabeza en un terreno que recuerda más a la Gaza actual que a la Horta Sud valenciana de hace unos días.
Luego llegó la necesidad de arreglar tuberías, restablecer la luz y la conectividad para recuperar en parte la habitabilidad de las casas que se mantienen en pie y el riesgo de la salud pública con tanto coche y escombro almacenado en calles y garajes. Se urgió entonces a la solidaridad de fontaneros, informáticos, electricistas, personal sanitario y cualquier profesional capaz de echar una mano.
La alerta máxima ahora está en limpiar el barro solidificado en las alcantarillas y los sumideros obstruidos ante el miedo a que las nuevas precipitaciones anunciadas no pueden ser absorbidas por la infraestructura urbana y provoquen nuevas inundaciones aún en el supuesto de que la intensidad de la lluvia sea menor. El Ministerio de Transición Ecológica habla de 34 municipios con graves afecciones en su alcantarillado y la Generalitat ha pedido más de 100 nuevos camiones desatascadores sumados a los 30 que ya trabajan en la zona.
Una ola de solidaridad
“Sigo confiando en la naturaleza humana y en nuestra capacidad para resistir cualquier desafío y volver a ponernos en pie con la ayuda de los demás”, continúa Marcaide en el post de LinkedIn.
Aprovecha también para hacer una mención especial al equipo del Grupo Zubi, “que saltó de inmediato a la acción, poniendo la cabeza donde estaba el corazón. No podría estar más orgulloso”. Se incluyen en estros agradecimiento a los más de 1.000 voluntarios reunidos procedentes de todas partes, incluida la comunidad de padres de Imagine Montessori School y la aportación de muchos niños dibujando notas de buenos deseos para las cajas que se han enviado.
En lo que respecta a las empresas, entre las 70 que están mandando provisiones y equipos de todos los rincones de España hay también alguna extranjera. “Esta semana hemos recibido botas de Polonia, electrodomésticos de Portugal y productos de limpieza de Francia”, afirma.
Los retos que llegarán después
“Después de 2 semanas, las vistas siguen pareciendo zonas de guerra. Acabo de visitar Benetusser y La Torre: es conmovedor. Suciedad, edificios rotos, residuos por todas partes. Muchos voluntarios y gente de emergencia para ayudar”, continúa contando Marcaide en el post.
Dejando a un ladro la cifra más dramática de este desastre: más de 220 personas fallecidas, ¿qué se puede esperar de una extensión de 15.000 hectáreas asoladas por el agua, con 200.000 ciudadanos, más de 100.000 coches, 75.000 viviendas, 5.000 comercios, 50.000 empresas y con 350.000 puestos de trabajo en riesgo de desaparición?
Aquí los rastrillos y las bombas de achique tendrán que dar paso a soluciones de mayor envergadura y a más largo plazo. Como recuerda Marcaide, habrá que reconstruir viviendas, colegios, clínicas, medios de transporte, recuperar la actividad agraria, buscar nuevos alojamientos para quienes lo han perdido todo, restituir la salud mental de las personas afectadas, devolver la salud financiera empresas y particulares, generar nuevos puestos de trabajo, reconstruir las ciudades, tratar los residuos…
Cada uno de estos puntos representa un desafío en sí mismo. También Zubi Group quiere estar ahí. Para ello, se han creado grupos de trabajo especializados dedicados a la reconstrucción de las infraestructuras y la economía en las zonas afectadas. Cada grupo se centra en un área específica donde buscan generar valor en áreas como salud financiera, gestión de residuos, movilidad, infancia, formación y empleo, ciudades, urbanismo y vivienda, bienes de consumo, ayudas y subvenciones y deportes.
El abastecimiento de la mano de obra
En muchas de las áreas referidas, Zubi Group cuenta ya con experiencia y empresas especializadas siempre desde una perspectiva del triple impacto: social, económico y ambiental.
A las empresas ya disponibles, acaban de sumar una iniciativa nueva emanada del área de Zubi Labs: Kämpe, una solución de formación flexible que ellos llaman de ‘Profesión formacional‘ y se orienta a la capacitación de personas en distintos oficios mientras trabajan y perciben un salario desde el primer día.
Se trata de un innovador modelo de aprendizaje profesional que moderniza el rol del aprendiz y facilita la inserción laboral de jóvenes en oficios altamente demandados. En un entorno donde la falta de personal cualificado y el desempleo juvenil alcanzan niveles críticos, Kämpe ofrece una solución realista que conecta empresas y jóvenes comprometidos en busca de una primera oportunidad laboral combinando formación, empleo y coaching.
Si antes de la DANA las empresas lamentaban ya la falta de talento especializado en áreas como la construcción, hostelería, fontanería o electricistas, propuestas como las de Kämpe pueden ser ahora de gran utilidad para abastecer la demanda de mano de obra que se necesita para reconstruir las zonas afectadas por la DANA.
Han empezado formando a electricistas, pero la intención es abrir el abanico a más sectores demandantes de profesionales como son la construcción o instaladores de placas solares, entre muchos otros.
