La sostenibilidad se ha colocado en lo más alto de las agendas de las empresas europeas. Muchas de ellas lo hacen por convencimiento, conscientes de la apremiante necesidad de tomar las riendas en este asunto y poner su granito de arena para frenar el cambio climático.
Otras, en cambio, lo hacen como respuesta a las exigencias legales, como la Directiva europea de información de sostenibilidad (CSRD, por sus siglas en inglés), de la que ya hemos hablado.
Sea como fuere, empezamos a ver tímidos progresos. Hace apenas unos días, el informe ‘Net Zero Industry Tracker’ del Foro Económico Mundial revelaba avances en la reducción de emisiones en ocho sectores difíciles de reducir —acero, aluminio, cemento, productos químicos primarios, petróleo y gas, aviación, transporte marítimo y transporte por carretera—, aunque advierte que son insuficientes.
Estas 8 industrias críticas, que tienen un papel crucial en la economía global, lograron una reducción del 0,9% en las emisiones absolutas de 2022 a 2023, mientras que las emisiones globales relacionadas con la energía aumentaron un 1,3% en el mismo período.
Sin embargo, el progreso está muy lejos del ritmo necesario para alcanzar los objetivos de cero emisiones netas. Así, el estudio detalla que se necesitan 30 billones de dólares de inversiones adicionales para 2050.
Las empresas españolas apuestan por la sostenibilidad
De acuerdo con los datos del ‘Informe europeo de pagos’ elaborado por Intrum, las empresas españolas están entre las que más se preocupan por la sostenibilidad. Así pues, el 67% de las compañías consultadas en nuestro país aseguran que han redoblado sus esfuerzos por ser más sostenibles, lo que supone un incremento de 7 puntos porcentuales respecto a los resultados cosechados hace dos años.
Esto nos sitúa por encima de la media europea (63%) y en el quinto lugar entre los 25 países incluidos en el estudio, sólo por detrás de Suiza (75%), Polonia (69%), Noruega (68%) y Países Bajos (68%).
En el extremo opuesto se sitúan las empresas griegas (52%), suecas (56%), Bosnia y Herzegovina (57%), Bélgica (57%) e Irlanda (58%).
La media europea también ha aumentado respecto al año pasado (60% en 2023), retornando al nivel registrado en 2022 (63%).
El informe descubre que más de la mitad de las empresas consultadas (54%) temen la posibilidad de perder clientes rápidamente si no asumen seriamente sus responsabilidades ambientales. No obstante, parece que este miedo se atenúa, ya que el porcentaje se ha reducido respecto a 2023 (55%) y, sobre todo, frente a 2022 (64%).
Sin embargo, Intrum estima que esta reducción no debe entenderse como una menor conciencia por parte de las empresas, sino que podría deberse a una creciente confianza en las medidas de sostenibilidad ya implementadas.
Los impagos dificultan la inversión en sostenibilidad
La compañía hace hincapié en que los retrasos en los pagos por parte de los clientes podrían estar frenando el avance de algunas compañías en sostenibilidad, ya que dificultan su capacidad para invertir en dicho ámbito.
Por ejemplo, podría estar limitando la posibilidad de renovar los equipos por otros más eficientes, destinar fondos a programas de inclusión social o invertir en una mayor transparencia en la gobernanza interna.
Al hilo de ello, el estudio pone de manifiesto que 6 de cada 10 compañías españolas (62%) creen que podrían avanzar en mayor medida en sus objetivos de sostenibilidad si lograran recibir los pagos de sus clientes con mayor puntualidad.
Este porcentaje está 6 p.p. por encima de la media europea (56%) y nos sitúa en segundo lugar, sólo por detrás de Alemania (66%).