Los gases renovables, como el biometano y el hidrógeno verde, se obtienen a partir del tratamiento de los residuos urbanos, agrícolas, ganaderos y de la industria agroalimentaria, así como de la depuración de las aguas residuales. Al no generar emisiones contaminantes, su desarrollo es clave para la descarbonización del sector energético, pero también de la economía en general.
El biometano, en concreto, con más de 50 años de historia, es una tecnología madura, asequible y almacenable, que contribuye a la reducción de emisiones y ofrece otras ventajas clave para la transición energética.
La primera es que permite diversificar las fuentes de energía y aumentar la autonomía energética (puesto que las fuentes renovables tienen su origen en el país), lo que ofrece estabilidad al sistema eléctrico y reduce la factura exterior en la balanza comercial. Al mismo tiempo, garantiza una flexibilidad que otras energías no tienen, ya que es fácil de almacenar.
Con todo ello, el desarrollo del biometano no solo contribuye a la descarbonización, sino que también ayuda a solucionar desafíos importantes, como la gestión de residuos. También favorece la economía circular y aporta riqueza a la economía gracias a la creación de empleo y al desarrollo de las zonas rurales.
En cuanto a su distribución, dado que tiene cualidades similares al gas natural, el biometano puede circular a través de la infraestructura gasista existente; de hecho, hoy en día, todas las calderas de condensación están preparadas para funcionar al 100% con este gas renovable sin necesidad de realizar ninguna inversión adicional. Por lo tanto, esta fuente de energía verde puede emplearse en hogares, industrias, comercios y también para movilidad en el transporte, lo que le posiciona como un eje vertebrador de la descarbonización.
Actualmente, todas las calderas de condensación están preparadas para funcionar al 100% con biometano sin necesidad de realizar ninguna inversión adicional
La prometedora situación en España
Teniendo en cuenta todas estas ventajas, surge la pregunta: ¿cuál es la posición de España en este terreno? La respuesta es alentadora, pues nuestro país es el tercero de Europa con mayor potencial de producción de biometano.
En este sentido, un estudio de Sedigas estima que se podrían generar 163 TWh al año, lo que cubriría el 40% de la demanda nacional actual de gas natural. Este desarrollo permitiría reducir la emisión de 8,3 millones de toneladas de metano, que de otro modo se liberarían a la atmósfera por la descomposición de los residuos utilizados para generarlo. Además, desarrollar el potencial de biometano en España supondría un ahorro de hasta 4.000 millones de euros para los consumidores, al reducir las compras a países terceros.
Por otro lado, el reciente borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) ha duplicado el objetivo de producción de gases renovables hasta los 20 TWh anuales para 2030, lo que subraya la importancia de estos gases en la transición energética.
Sin embargo, a pesar de las buenas perspectivas, la realidad es que España acumula un retraso notable en la producción y consumo de biometano frente a otros países europeos como Francia, que cuenta con más de 400 plantas operativas, Alemania con más de 200 y Reino Unido con más de 100.
La apuesta de Naturgy por la descarbonización
En este contexto, en el que el sistema gasista español es flexible, moderno y está preparado para la descarbonización, las redes de gas deben ocupar un rol central en la planificación para una transición energética que contribuya a la descarbonización de la economía, garantice la seguridad de suministro y mantenga un precio asequible de la energía para todos los consumidores.
Por este motivo y con el compromiso estratégico de encontrar una solución equilibrada a este trilema energético, Naturgy está inmersa en una gran transformación con la que busca liderar el impulso de los gases renovables en España, tanto en la producción y distribución de biometano a corto plazo, como en el desarrollo del hidrógeno como vector energético con un impacto significativo en el mix energético a medio plazo.
La compañía está bien posicionada para aprovechar las oportunidades que ofrecen los gases renovables y desplegará importantes inversiones y recursos en este sector clave.
Como parte de esta estrategia, Naturgy apuesta decididamente por la innovación para hacer realidad el gas renovable, con un modelo de desarrollo basado en la colaboración multisectorial y en alianzas estratégicas. Así, la compañía ya cuenta con tres plantas de producción de biometano en Galicia y Cataluña, que están inyectando este gas en la red. Además, próximamente sumará dos nuevas instalaciones en Valencia y Sevilla, lo que permitirá alcanzar una producción total de 104 GWh anuales.
Naturgy cuenta con tres plantas de producción de biometano en Galicia y Cataluña y próximamente sumará dos nuevas en Valencia y Sevilla
Por su parte, Nedgia, la distribuidora de gas del Grupo Naturgy, desempeña un papel estratégico en el despliegue de los gases renovables, gracias a su red de más de 57.000 kilómetros que da servicio a 1.150 municipios. Esto refuerza el potencial del biometano como la alternativa de descarbonización más sostenible desde los puntos de vista medioambiental, económico y social.