La destilería Laphroaig (se pronuncia La Froig), respetada entre los amantes del whisky turbado por su elegancia y finura, se lanza a la conquista del mercado español.
La llegada de la marca se llevó a cabo el pasado 12 de marzo en un exclusivo evento con la colaboración del restaurante SUA by Triciclo, que aúna en su espacio un tándem perfecto con Los 33 y Leña de Dani García maridado con los creativos cocktails ingeniados por Caracortada y Especiarium.
La presencia de estos cinco partners de excepción demuestra que Laphroaig es un compañero perfecto en un viaje culinario y que marca la estrecha relación de la gastronomía con este whisky que homenajea al fuego, a la turba y a la sal desde que la destilería se fundó en 1815.
representados a lo largo del evento de presentación de Laphroaig en España.
La cultura del whisky, una tendencia en constante crecimiento
«Aunque Laphroaig ya podía encontrarse en algunos lugares y ya era bien conocido por los apasionados del whisky, es ahora cuando Beam Suntory quiere poner mayor foco en el whisky ahumado como una elección muy interesante para los intrépidos paladares que gustan de sabores intensos» explica Adrián Castillo Trujillo, Brand Ambassador de Laphroaig. Y añade más: «En España, donde la cultura del whisky está en constante crecimiento, hay varias razones por las que es un buen momento para ensalzar este único e inigualable elixir». Son estas:
• El whisky es tendencia. El interés por el whisky de calidad está en aumento en nuestro país. El whisky premium ha experimentado un crecimiento del 5% en los últimos años, una tendencia que se espera que continúe en los próximos cinco. Los consumidores buscan experiencias nuevas y sabores distintivos y un whisky ahumado y delicado como Laphroaig está destinado a satisfacer la curiosidad del público más exigente.
• Los sabores ahumados convencen. Hay otra importante tendencia actualmente en la gastronomía líquida por los sabores ahumados, siendo los whiskys turbosos y el mezcal los grandes protagonistas. Esto permite a los profesionales del bar y la cocina crear innovadoras y revolucionarias combinaciones que maridan sabores fenólicos y salados, abriendo la veda a un universo de propiedades organlépticas aún por explorar.
• Un placer para diversidad de paladares. España, con su rica tradición en vinos, licores y whisky, tiene un público diverso. Los whiskys ahumados de Laphroaig harán las delicias de todos estos consumidores.
• Perfecto para maridar con la mejor gastronomía. La cocina española, famosa por su diversidad y sabor, cuenta con 272 restaurantes estrellas Michelin. Laphroaig se posiciona como el compañero perfecto para estas experiencias culinarias excepcionales siendo un complemento organoléptico perfecto.
¿Qué hace especial a Laphroaig?
Islay es la isla más austral de las Hébridas Interiores escocesas y su población tiene poco más de 3.000 habitantes. Su clima es frecuentemente más agradable que en el resto de las tierras escocesas, debido a la corriente del Golfo.
Muchas personas la consideran como la isla escocesa más hermosa y es famosa por su whisky y la gran diversidad de aves que se pueden observar. Además, puede presumir de haber sido el primer lugar de Escocia donde los primeros monjes irlandeses llegaron y empezaron a destilar sus primeros whiskys a principios del siglo XIV.
Durante cientos de años, Islay ha sido un lugar remoto y casi inalcanzable. Ha estado siempre tan aislada que los primeros recaudadores de tasas de la casa Real Británica llegaron 150 años más tarde que en el mainland. Con ello, sus habitantes (denominados Ìlich) han podido desarrollar sus propias técnicas de destilación del whisky. La tradición sigue actualmente tan arraigada, que el 90% de la población activa trabaja en la industria del whisky o el turismo también relacionado con el precioso líquido escocés.
Una vez situados geográficamente, podemos decir que la singularidad de Laphroaig reside en su “terroir”, un galicismo que contiene los cuatro factores que le hacen único: el suelo, la especie, la acción del ser humano y, por supuesto, el clima. Y es que, el proceso de elaboración, artesanal y laborioso, se ve influenciado por la brisa del mar, pues las bodegas se encuentran junto a él, poniendo el broche de oro a este elixir que guarda la esencia y tradición de esta isla de Escocia.
Por cierto, ¿sabías que en 1994 se creó el Club de los amigos de Laphroaig? Sus miembros pueden disponer de una pequeña parcela (simbólica) en sus campos y clavar ahí su bandera.
Todo ello se hizo para conmemorar a los hermanos Johnston, que a principios del siglo XIX hicieron lo imposible para hacer llegar el suministro de agua hasta la destilería. Finalmente lo consiguieron comprando los terrenos de donde emanaba el preciado elemento, imprescindible para una destilería.
Laphroaig es de las pocas destilerías que aún maltea de forma artesanal
sobre suelo y la única que lo hace con turba a baja temperatura (20ºC).
¿Cómo degustarlo?
Los whiskys de Islay son los más fuertes de sabor de todos los whiskies escoceses. Tienden a ser secos y son famosos por su sabor fuerte y ahumado que viene de la turba, el combustible que se utilizan para secar la cebada. Su naturaleza está muy a menudo también descrita como medicinal y salada.
Laphroaig se recomienda degustar con agua, abriendo el paladar de manera masiva, pero también puede disfrutarse en coctelería.
Un Whisky Sour clásico, un Penicillin con su característico sabor a jengibre y miel o la creación de tu bartender de confianza no te dejarán indiferente ante su característico sabor.
también en coctelería (éste con Laphroaig 10, Select o Quarter Cask).
Notas de cata
Laphroaig 10, la expresión bandera de la destilería obtuvo el Doble Oro en el San Francisco World Spirits Competition 2022 y la medalla de oro en la International Wine & Spirits del 2021.
• Vista. Delicado color oro pálido.
• Nariz. Encontramos un claro aroma a petricor y humo de turba con notas de yodo y aire marino. Finalmente podemos encontrar un punto avainillado acompañado de notas frescas de carácter herbal finalizando con una intención especiada de pimienta negra.
• Paladar. Se puede sentir un cuerpo medio y ligeramente oleoso que estimula el gusto con los sabores a tierra mojada y humo de turba que encontramos en nariz, para posteriormente evolucionar con la aparición se sabores a cebada malteada, vainilla y miel.
CO2 en un 30%, lo que equivale a plantar 30.711 árboles jóvenes y cuidarlos durante 10 años.
Laphroaig 25 años, envejecida durante un cuarto de siglo empleando también barricas de Oloroso, es parte de la selección exclusiva de la destilería.
• Vista. Brillante color dorado pálido.
• Nariz. Encontramos una interesante amalgama de aromas de pera dulce y manzana ácida, combinados con un toque a pastelería recién echa. Todo acompañado de la característica esencia ahumada y salitre de Laphroaig con notas a jamón y canela.
• Paladar. Se puede sentir un cuerpo rico, complejo y redondo. Como cabe esperar de Laphroaig que nos da sabores a tierra mojada, salitre y humo de turba, pero con una sorprendente evolución a fruta tropical y melocotón maduro, finalizando con interesantes notas de pimienta blanca y piel de naranja tostada como telón de fondo.
¿Dónde disfrutarlo?
Coctelerías y bares emblemáticos en Madrid y Barcelona donde poder disfrutar un Laphroaig.