La digitalización de la sociedad, el aumento de la penetración de la conexión fija y móvil a internet de alta velocidad o la creciente oferta de productos y servicios a la venta a través de la red han impulsado el constante crecimiento del ecommerce en los últimos años.
Pero el aldabonazo definitivo llegó con la pandemia, cuando nos vimos obligados a permanecer en nuestras casas y el comercio electrónico se convirtió en la única manera de adquirir determinados artículos.
Esta situación llevó al ecommerce a muchas personas que todavía no se atrevían a comprar a través de internet, ya fuera por desconocimiento o desconfianza. Así pues, el número de transacciones y la facturación del comercio electrónico se disparó.
Antes del confinamiento por la COVID-19, en el último trimestre de 2019, se produjeron en España 242,6 millones de transacciones, con un volumen de negocio de 13.365 millones de euros, según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Apenas un año después, en el último trimestre de 2020, ya se daban 307,9 millones de operaciones, por un valor de 14.613 millones de euros.
Al inicio de 2021 se produjo un reajuste, como consecuencia de la paulatina vuelta a la normalidad del retail y como consecuencia de la resaca navideña. Desde entonces, el ecommerce español no ha dejado crecer trimestre tras trimestre, con la única excepción de los primeros trimestre de cada año, cuando tradicionalmente se produce un bajón, tras el agotamiento que supone la campaña de Navidad.
Así pues, el comercio electrónico español alcanzó en el segundo trimestre de 2023 una facturación de 20.492 millones de euros y 371,4 millones de transacciones, con un crecimiento del 53% respecto a las cifras previas a la crisis de la pandemia.
El ecommerce español aguanta el tipo
Los eshoppers españoles se mantienen fieles al comercio electrónico, algo que no sucede en Europa. Según el informe ‘Eshopper barometer’ de Geopost, grupo al que pertenece Seur, la proporción de compradores online en Europa ha disminuido ligeramente durante los últimos dos años (-1 punto porcentual en 2022 y -1 p.p. en 2023), mientras que la proporción de eshoppers habituales se mantiene estable.
Por el contrario, el estudio indica que España se distancia de la tendencia descendente del continente, manteniéndose estable la proporción de personas que compran a través de internet.
También especifica que los eshoppers habituales españoles reciben una media de 4,7 pedidos al mes y continúan adquiriendo productos en las mismas categorías de moda, belleza, salud y calzado, aunque con un descenso de la compra de libros, alimentos y tecnología, en comparación con el periodo de la pandemia.
Además, el informe destaca que los compradores habituales europeos son muy sensibles al precio. De este modo, el 65% de ellos considera que las compras online son una manera de ahorrar dinero, incluso más que antes.
Los eshopper habituales españoles también son sensibles al precio, si bien dicha sensibilidad se mantiene en niveles similares a 2022, a pesar de la alta inflación. Dos tercios de los encuestados consideran el precio como el factor determinante en sus decisiones de compra y un 61% está constantemente en busca de descuentos y ofertas.
La percepción sobre las compras online y la experiencia de entrega se mantuvo estable en 2023. De hecho, la facilidad de su última compra online es muy destacada por los eshoppers en nuestro país. Además, la satisfacción con el proceso de devolución es mayor en los compradores españoles que en los europeos, aunque persisten dificultades relacionadas con el proceso de devolución en sí.
Éste es un aspecto importante, ya que se estima que la tasa de devoluciones de compras en ecommerce en España se situó en el 25% en 2023, de acuerdo con los datos del ‘Estudio Ecommerce’ de Sendcloud, del que nos hacíamos eco en EMPRENDEDORES. Las cifras recopiladas por Geopost son menos contundentes, ya que señala que sólo el 11% de los eshoppers españoles ha devuelto su última compra.
El estudio también analiza el uso de plataformas C2C y las compras a través de redes sociales. Continúan siendo elevadas en España, ya que alrededor del 70% de los eshoppers habituales hace uso de estas plataformas tanto para comprar como para vender.
No obstante, desvela que los españoles utilizan estas plataformas con menos frecuencia que sus homólogos europeos. Además, pone de manifiesto que la preferencia por la entrega física en compras a particulares sigue siendo mayor en España, aunque resalta que la selección de empresas de reparto a través de sitios web o aplicaciones está ganando popularidad.