El sampling, como estrategia comercial no es nuevo. Se basa en ofrecer muestras gratuitas de algún producto o servicio a potenciales clientes para que acaben comprando. Lo que sí es novedoso es la capa de tecnología que ha añadido Simpling, capaz de alcanzar grados de hipersegmentación para acertar, sí o sí, con los sitios perfectos donde llevar a cabo cada acción de sampling.
Para conseguirlo, llevan cerca de cuatro años desarrollando y entrenando un algoritmo hasta lograr un sistema de tagging que les permite introducir características del público objetivo de cada marca y recibir de vuelta los mejores puntos y canales donde hacer cada campaña de sampling. En el algoritmo pueden introducir datos tan variopintos como códigos postales, género, nivel económico, cultural, preferencias deportivas, culinarias…y así hasta dar con el espacio ideal para poner en marcha el sampling y que las muestras de sus productos acaben en manos del target adecuado.
Para asegurarse de que así suceda, en lugar de trabajar con promotores lo hacen a través de canales alternativos, como oficinas, gimnasios, centros de belleza, restaurantes…siendo los mismos responsables de estos negocios o su equipo humano quienes hacen entrega de la muestra. Eliminan así la sensación, por parte del receptor, de ‘gancho’ publicitario percibiéndolo como un detalle o pequeño regalo de una persona de confianza.
Un error de escritura
Clara Carbó, Silvia Fernández-Villaverde, María Lantero e Ignacio Zaera son los fundadores de esta empresa cuyo nombre resulta de un error de grafía. “Buscábamos un nombre que no necesitara presentación y que, a su vez, generase recuerdo de marca. En una de nuestras reuniones iniciales, alguien del equipo se equivocó y escribió “simpling” en lugar de “sampling”. Al verlo, todos nos dimos cuenta de que ese era el nombre que llevábamos días buscando”, cuenta Zaera, CEO de la compañía.
La idea de negocio tiene su origen en 2020, en tiempos de pandemia, cuando las restricciones de movilidad impedían llevar a cabo cualquier acción de marketing callejero. En dicho contexto, Ignacio Zaera, antes director comercial en Deliveroo España, vio la posibilidad de aprovechar el servido de comida a domicilio para introducir en los pedidos muestras publicitarias.
“Introducir las muestras en los pedidos de comida a domicilio nos daba la oportunidad de segmentar el mercado por tipo de restaurante, zona geográfica, nivel socioeconómico… Todos estos parámetros nos permitían segmentar el mercado de manera muy concisa. Rápidamente comenzamos a coger tracción y acabamos cerrando 14 campañas en 2020. Una auténtica barbaridad para un negocio que unos meses antes era una simple idea en un papel”, continúa el CEO.
El momento de lanzamiento, al final, les fue favorable aprovechando que el dinero reservado por las marcas para acometer acciones en exterior lo desviaron a otros canales, como el sampling.
El ‘match’ perfecto
La empresa, constituida con los propios recursos de los fundadores, ha sido rentable desde el primer momento aumentando progresivamente su facturación hasta alcanzar la cifra de 1.1millón de euros con la que cerraron el año pasado. La previsión para 2024 la sitúan en 2.5 millones de facturación
Definen su modelo de negocio como “ayudar a las marcas a llegar a manos de su público objetivo”. Para ello disponen de una base de datos de más de 40.000 partners donde poder segmentar y seleccionar a los que encajan a la perfección con lo que busca la marca.
Ellos mismos se encargan de recibir las muestras que guardan en un almacén en cada ciudad en la que operan y gestionan todas las entregas a los partners. “De esta manera, ofrecemos tanto la parte analítica y consultiva, como la ejecución de la campaña. Así que, se trata de una serie de proyectos llave en mano”, dicen. A las marcas les cobran por muestra entregada, sin feed. En cuanto a los precios van en función del producto, la cantidad de muestras a repartir o el número de ciudades en las que quieren intervenir.
Otro servicio que ofrecen es la producción de soportes gráficos para acompañarlos con las muestras como un tarjetón o una bolsa brandeada, entre otros.
La internacionalización
Con un equipo que supera ya los 20 empleados, más de diez millones de muestras entregadas y más de 300 clientes con un elevado ratio de recurrencia, Simpling se ha animado a abordar la internacionalización con presencia en Portugal de Italia. Esta es la palanca sobre la que quieren apoyar el crecimiento expandiéndose a nuevos mercados hasta articular un hub internacional “desde donde demos servicio a todos los países en los que operemos”.