El desarrollo de la energía renovable es imprescindible para cumplir con los objetivos fijados por el Gobierno español en la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo (ELP 2050).
La meta que se fija en esta hoja de ruta es que nuestro país reduzca antes de 2050 sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 90% respecto a 1990. Esto supone una disminución de las emisiones de CO2 desde los 334 millones de toneladas equivalentes (MtCO2eq) emitidas en 2018 a un máximo de 29 MtCO2eq emitidas en 2050. El 10% restante de las emisiones será absorbido por los sumideros de carbono, capaces de captar alrededor de 37 MtCO2eq a mediados de siglo, alcanzando así la neutralidad climática, según los cálculos del Ejecutivo.
“Para conseguirlo, el sistema energético estará basado fundamentalmente en energías renovables, representando un 97% en el consumo final”, tal y como detallaba el Consejo de Ministros.
Sin embargo, la maraña burocrática que comporta la puesta en marcha de los proyectos de energía renovable no contribuye a facilitar la consecución de dichos objetivos. De hecho, en alguna ocasión nos hemos hecho eco de las quejas de algunas empresas, que denuncian la inseguridad jurídica del sector.
Y ahí es justo donde vio su oportunidad la empresa madrileña RIC Energy. Los orígenes de esta compañía se remontan al año 2003, cuando José Luis Moya, CEO y fundador de RIC Energy, y un amigo de la infancia decidieron aunar esfuerzos y poner en marcha una empresa de energía solar fotovoltaica. Esta iniciativa cristalizó en 2005 con la creación de ImMODO Solar, tal y como cuenta en su web.
La compañía comenzó a desarrollar diversos proyectos de energía renovable en nuestro país, hasta que dio el salto al ámbito internacional con la implementación de un proyecto de iluminación LED en el periférico de México DF, en 2009.
Apenas un año más tarde, estos emprendedores constituyeron una subsidiaria en Estados Unidos. En 2017, la empresa ya había instalado más de 65 MWp en el estado de California.
Otro paso adelante fue la creación de la joint venture Electrotherm en India, convirtiéndose en empresa española que conectaba una planta fotovoltaica en India (15 MWp), en 2012. Y cuatro años después, creó una filial 100% propia en el país asiático.
Ese mismo año, Moya salió de ImMODO Solar y fundó RIC Energy Group. Al año siguiente, puso en marcha otra joint venture con un socio local en Dubái para el desarrollo, instalación y gestión de grandes plantas en Oriente Próximo y África. Y en 2017 expandió su presencia en el continente africano con la creación de la subsidiaria RIC Energy África.
Actualmente, la empresa tiene más de 19.000 MWp de proyectos de energía renovable en desarrollo, sobre todo de energía solar fotovoltaica, aunque también de hidrógeno verde, biogás o biometano.
Proyectos de energía renovables listos para construir
La creación de RIC Energy Group en 2015 también supuso la reorientación de su modelo de negocio. Desde entonces, la empresa se enfocó en el desarrollo y promoción de proyectos de energía solar listos para construir, haciendo especial hincapié en el mercado internacional.
Según explica Moya en El País, la compañía actualmente no cuenta con activos en operación ni en propiedad. “Llevamos a cabo todas las tareas para identificar la oportunidad, incluida la búsqueda del terreno, y que se convierta en un proyecto viable desde el punto de vista regulatorio, económico y técnico”, aclara el CEO.
Con el diseño del proyecto y los permisos y licencias en la mano, RIC Energy se los vende a sus clientes, que son los encargados de construirlos y explotarlos. Algunos de ellos son Lightsource (BP), Q Energy, Sonnedix (JP Morgan), Trina Solar o Everwood, tal y como recoge El País.
La empresa facturó 100 millones en 2022, pero espera crecer con fuerza en los próximos años, gracias a la ampliación de su negocio de energía solar fotovoltaica a todo tipo de energía renovables y a su expansión internacional. No en vano, RIC Energy entró hace poco en el mercado italiano y está estudiando el desembarco en Alemania, Polonia y Grecia.