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Tres inmigrantes de origen asiático están detrás de Alma, una startup que desafía las estrictas normas para conseguir una visa de trabajo en EEUU.
Una idea que tiene su origen en la experiencia personal de una de sus fundadoras, que sufrió en primera persona las dificultades de trabajar en el mercado laboral norteamericano durante un año por un mal asesoramiento profesional por parte de un bufete de abogados. Y decidió ofrecer una solución para quienes como ella tengan que pasar por una situación similar.
Así nació hace poco más de un año Alma, una startup de tecnología legal que ayuda a inmigrantes con un perfil profesional calificado a obtener una visa de trabajo en los Estados Unidos. “Los tres fundadores hemos pasado por los trámites de inmigración y ha sido un proceso muy doloroso para todos nosotros, así que ahora estamos intentando usar todo lo que hemos aprendido para mejorarlo para otras personas. La inmigración a los Estados Unidos es un proceso muy largo y complejo”, explica Assel Tuleubayeva, CPO y fundadora de la empresa.
Ella es de Kazajstán, y sus otros socios de Kirguistán y China. Tres profesionales (dos especializados en tecnología y otro en derecho) que entienden bien la problemática a la que se enfrentan otros muchos perfiles similares en Estados Unidos y que han ideado una forma de facilitar y agilizar estos procesos con ayuda de la IA.
Agilizar y automatizar procesos
“Tenemos un equipo legal con mucha experiencia en el mercado laboral de Estados Unidos y hemos desarrollado una plataforma digital que nos ayuda a agilizar el proceso, automatizando toda la parte administrativa y con más carga manual, pero luego el acompañamiento es personal, como en otros servicios de abogacía”, comenta Tuleubayeva.
“La tecnología ayuda al equipo legal de Alma a ser más rápido, pero la parte de pensamiento estratégico la hacen los profesionales. Queremos hacer todo este proceso de una forma mucho más eficiente y ágil sin renunciar a la parte de apoyo personal que llevan estos procesos”.
Una oferta muy atractiva para un mercado de 10 millones de personas, solo en EEUU. Y en el que no hay un gran player que esté ofreciendo una solución eficiente a la demanda.
“Nuestros usuarios son empresas que necesitan visas de inmigración para sus empleados y profesionales que acuden a nosotros en busca de una respuesta a sus necesidades y que se encuentran con una industria muy antigua y estancada. Hasta ahora, no ha habido dinero de inversores ni innovación porque no era un mercado interesante antes de que la IA pudiera automatizar gran parte del mismo. Así que tenemos a nuestros competidores tradicionales en un mercado muy fragmentado, con pequeños bufetes de abogados de entre 3 y 10 personas y un competidor que posee el 10% del mercado».
«Nuestro objetivo es convertirnos en líderes y contamos con el apoyo del capital riesgo, que ha invertido en nosotros 5 millones y medio de dólares”.
Crear una marca con Alma
Desde que salieron al mercado han estado trabajando en “crear una oferta diferenciada y construir una marca en inmigración con un equipo de abogados de primer nivel. El objetivo es usar la tecnología para hacer que estos abogados altamente calificados sean aún mejor. El problema en inmigración es que al no ser un mercado atractivo para los abogados es difícil encontrar profesionales realmente buenos”, asegura Assel Tuleubayeva.
Ese equipo bien preparado unido a la innovación en tecnología es lo que ha llamado la atención de los fondos de inversión para construir un negocio escalable.
“Conocemos todo el flujo de trabajo entre abogado y cliente y sabemos que la inmigración no es como el derecho corporativo donde el asesoramiento es muy especializado. En esta inmigración, las circunstancias pueden ser únicas, pero muchas cosas son muy similares. De hecho, todo el flujo de trabajo es similar y podemos reducirlo gracias a la IA. La escalabilidad del proyecto se basa en hacer que la tecnología mejore cada vez más los procesos y hacerlos en menos tiempo para centrarnos en ofrecer mayor calidad. Esa es nuestra oferta de valor”, continúa la CPO de la empresa.
Y matiza: “Hay partes que nunca puede reemplazar la tecnología. Por un lado, la necesidad de una firma oficial de los documentos por parte de los abogados. Y la segunda tiene que ver con la psicología humana. Todos quieren hablar con una persona que les acompañe durante un proceso de estas características, que les ayude en la gestión de la nostalgia que puedan sentir y sobre todo que les ofrezca seguridad”.
De Estados Unidos a Europa y Canadá
Con sede en Palo Alto, California, han participado en la segunda edición del programa AWS Generative AI Accelerator. Antes estuvieron en el programa Conviction, especializado también en IA y por el que ha pasado, entre otras, la francesa Mistral.
Su mercado principal es Estados Unidos, pero no descartan expandirse a todo Canadá y Europa en el futuro, “ya que la legislación es distinta pero la problemática es similar y tendría todo el sentido adaptar su oferta a cada lugar”.
