¿Qué es la cadena de valor? Un concepto que debes conocer para aprovechar oportunidades y poder diferenciarte de la competencia.
En la gestión de negocios existen muchas estrategias para poder generar beneficios y hacer que una empresa sea competitiva. ¿Te has preguntado qué es la cadena de valor?, Se trata de un concepto que incluye todas las actividades de una organización para lograr un producto o servicio final.
Sin duda, es un proceso que se debe analizar para identificar mejoras, obtener oportunidades y aquello que aporta más al negocio. Incluso si estás por crear tu empresa o proponer nuevas ideas de negocio, debes ir pensando en definirla para diferenciarte en el mercado.
En este artículo vamos a explorar todo acerca de las cadenas de valores. Conoce su concepto, beneficios, importancia, elementos involucrados, tipos y más detalles. Una vez que lo tengas claro, podrás desarrollarlo en tu proyecto.
¿Qué es la cadena de valor?
Es una teoría que permite definir todas las ventajas que tiene una empresa sobre la competencia y en su sector. Funciona analizando las operaciones internas del negocio y destacando las que aporten más valor a su producto final.
El concepto tiene varias décadas, tomó fuerza en los años 80 y fue cuando se comenzó a definir a las empresas como un conjunto de funciones que tiene cierta posición en el mercado. Dicha posición puede hacerla destacar de organizaciones similares.
Con el tiempo se fue perfeccionando y en la actualidad sigue siendo fundamental para muchos negocios.
Beneficios de la cadena de valor
Ya sabemos qué es la cadena de valor, pero debemos hablar de algunos beneficios que tiene la misma:
- Respalda la toma de decisiones relacionadas con ciertas actividades de la empresa.
- Puede detectar fallas y deficiencias, así que permite corregir.
- Entiende mejor los vínculos entre las operaciones.
- Ayuda a optimizar recursos.
- Permite tener una ventaja competitiva.
- Crea proyecciones más reales sobre el negocio.
Importancia de la cadena de valor para una empresa
Podemos decir que es importante por algunas de las ventajas que mencionamos antes. Pero también destacamos que impulsa a las empresas a conocerse más a fondo y en consecuencia crear estrategias apropiadas para generar más beneficios y rentabilidad.
Si las cadenas de valores se hacen de manera optimizada, puede crear una buena sinergia, utilizar los recursos de manera eficiente y ofrecer un producto final de calidad, sin tener que generar gastos extra. Incluso puede desplazar a la competencia al crear un número mayor de clientes fieles.
Elementos de una cadena de valor
Al detallar qué es la cadena de valor y comprenderla, debemos involucrar todos sus elementos. Estos son los siguientes:
- Logística de entrada: Con esto se determinan los costes iniciales para producir cualquier bien. Son acciones relacionadas con almacenamiento y otros aspectos logísticos que intervienen en la creación del bien.
- Operaciones: Son las actividades que se involucran en la creación del bien, como transformaciones de materia prima, hasta tener el producto final. Aquí se evalúan muchos aspectos, incluso el tiempo, pago de personal y otros gastos.
- Logística de salida: El proceso que hace que lleves tu oferta al mercado. También incluye almacenamiento, distribución y envíos.
- Marketing y ventas: Es lo que permite llegar a más clientes y tener una conexión con el mismo. Aquí se pueden analizar factores como gestión de relaciones con el cliente, herramientas tecnológicas para las ventas, campañas y más.
- Servicio: Es indispensable para tener una buena cadena de valor, pues involucra el viaje de experiencia del cliente y el seguimiento y las soluciones más allá del simple producto vendido.
- Infraestructura: Es la parte que hace posible que se desarrollen las actividades de la empresa. Aquí podemos hablar de la parte material (como espacios y equipos) y la parte inmaterial como departamentos y cadenas de mando.
- Recursos humanos: El eje de todo negocio y empresa son las personas. El recurso o talento humano debe incluirse y analizarse en las cadenas de valores porque son los que aportan la innovación y estrategias.
- Tecnología: Es una sección especial porque se tratan de herramientas que, según el tipo de empresa, pueden ser muy relevantes para ofrecer calidad y optimizar procesos.
- Compras: Es lo que adquiere la empresa para operar, lo cual pueden ser materias primas o sistemas. Están incluidas porque intervienen en el valor final del producto.
Tipos de cadena de valor
Además de los elementos, debes conocer los tipos de cadena de valor que existen. A continuación, te lo explicamos.
Cadena de valor virtual
Comprenden todos los procesos y pasos para ofrecer un producto digital. También utilizan medios digitales para hacer dicho producto, pero complementan con recursos físicos, incluyendo personal y equipos.
Cadena de valor física
Son las que se generan en las producciones de bienes materiales, así como su distribución y venta al público. Podemos hablar de mano de obra, materia prima, maquinaria, logística y más aspectos físicos de un negocio.
Cadena de valor para servicios
Es donde se analizan las actividades y costes que surgen de la creación de servicios. Podemos mencionar aspectos logísticos que también generan gastos en la venta de productos físicos.
Cadena de valor de Porter
Es un enfoque que analiza diversas variables para saber el valor de una oferta. En concreto, hablamos de todos los elementos que involucran una cadena de valor, y que intervienen en el producto o servicio final.
Cadena de valor de McKinsey
Por último, tenemos la cadena de valor de McKinsey. Aquí se evalúan las funciones internas y externas de la empresa como parte de un solo sistema. Se analizan las operaciones propias y lo que hace la competencia, para terminar comparando y encontrar las diferencias.
¿Cómo crear una cadena de valor?
Si necesitas aprender a crear esta cadena, debes seguir algunos pasos fundamentales que te llevarán a identificar cada elemento.
Identificar subactividades de las actividades principales
Porter nos explica 3 subactividades para explorar:
- Actividades directas: Las que crean valor por sí mismas, como encontrar nuevos proveedores dentro de las actividades de logística de entrada.
- Actividades indirectas: Son las que apoyan a las directas, como registrar a todos los proveedores del ejemplo anterior.
- Actividades de control de calidad: Son las que permiten que todas las actividades sigan las normas de calidad. Si vamos al mismo ejemplo, puede ser investigar al proveedor.
Identificar subactividades de las actividades secundarias
Puede seguir el mismo proceso que el primer paso, pero debes explorar más subactividades que puedan complementar todas las actividades principales. Es como ir derivando, ya que tratamos de crear una cadena.
Encontrar vínculos
Siempre encontrarás vínculos, ya que las actividades de una empresa suelen impactar otras. Sin embargo, en este paso te concentrarás en identificar lo que está más conectado.
Volviendo a nuestro ejemplo de proveedores, hazte algunas preguntas:
- ¿Cuánto cobran?
- ¿Dónde están ubicados?
- ¿Si lo contrato, puedo compensar lo que cuesta el producto final?
- ¿Obtendré la materia prima en poco tiempo?
Al final elegirás lo que más convenga según el impacto que tenga sobre tu oferta.
Descubrir oportunidades
En este punto ya analizaste todas las actividades y subactividades de tu negocio, así que toca encontrar oportunidades para incrementar el valor sin que tengas que subir los costes. Además, podrás modificar lo que te resta y estorba, como maquinaria obsoleta e incluso personal no apto.
Ejemplos de cadena de valor
Para que termines de comprender este modelo o proceso, también te dejamos ejemplos de dos sectores muy importantes:
- Tecnología: Se comienza investigando productos innovadores, después se fabrican y distribuyen mediante muchos canales. De igual manera, se actualiza y mejora para sobrevivir ante la competencia y evolución.
- Alimentación: Su cadena de valor inicia desde la producción agrícola y ganadera. Después, el procesamiento de materias primas, distribución y logística. Todo es fundamental para tener un producto final en las estanterías.