Los retrasos en los pagos de las facturas son un círculo vicioso que condiciona la supervivencia de muchas empresas y que lastra al conjunto de la economía.
Son muchas las compañías que sufren este tipo de retrasos, afectando gravemente a su liquidez y obstaculizando, a su vez, que ellas mismas puedan pagar a tiempo a sus proveedores.
En concreto, el 66% de las empresas españolas reconocen que cada vez le resulta más difícil pagar a tiempo a sus proveedores. Este porcentaje ha aumentado en 5 puntos, ya que en 2022 y 2023 se situaba en el 61%, reflejando un deterioro en la capacidad de las compañías para cumplir con sus obligaciones financieras, de acuerdo con los datos del ‘Informe europeo de pagos’ de Intrum.
Estos datos colocan a las empresas españolas por encima de la media europea (59%) en cuanto a las dificultades para afrontar los pagos a proveedores, superadas tan sólo por las compañías de Eslovenia (69%), Irlanda (67%) y Portugal (66%)
En el lado opuesto estan las organizaciones de Austria (52%), República Checa (50%), Croacia (50%), Dinamarca (47%) y Bélgica (46%).
Por otra parte, hace unos días contábamos que casi 4 de cada 10 empresas españolas consideran que su negocio es más débil que el año pasado en términos de ingresos, eficiencia y resiliencia.
Y esta tendencia es aún más acentuada en el conjunto de Europa, donde el porcentaje de organizaciones que dicen encontrarse en esta tesitura se eleva hasta el 44%.
¿Solución? Agilizar el pagos de las empresas
Ante esta situación, un tercio de las entidades consultadas por Intrum señalan que ahora es más probable que pidan plazos de pago más largos a sus proveedores que hace un año.
En concreto, el 36% de las entidades de España admite que ahora hay mayores posibilidades de que pidan plazos de pago más amplios a sus proveedores o que lleguen a pagar una factura más tarde de lo acordado. Este porcentaje está levemente por encima de la media europea, que se sitúa en el 34%.
De hecho, el 35% de las compañías españolas encuestadas admiten que pagan a sus proveedores más tarde de lo que aceptarían de un cliente. Aunque España se sitúa por debajo de la media europea (39%), Intrum remarca que esta situación evidencia una creciente presión sobre las finanzas empresariales y refleja cómo algunas compañías están dilatando sus facturas más de lo acordado.
El problema es que esto se convierte en una pescadilla de que muerde la cola: las empresas se ven obligadas a retrasar los plazos de pago porque ellas mismas no tienen más remedio que dilatar los plazos de cobro que conceden a sus clientes.
La solución pasaría por agilizar los pagos de todas las empresas, que es a lo que aspira la Comisión Europea, tal y como recogíamos en este artículo.
No en vano, el informe desvela que 7 de cada 10 compañías indican que podrían cumplir con sus proveedores si sus deudores abonasen a tiempo las facturas pendientes de cobro.
Parece que las organizaciones están moviéndose para revertir esta situación. Según los datos de Intrum, casi la mitad de las entidades (48%) ya está tomando medidas para pagar sus facturas a tiempo.
También están adoptando medidas para protegerse de los impagos, como solicitar pago por adelantado (50% de los consultadas), realizar verificaciones de crédito (33%), contratar seguros de crédito (22%) o garantía bancaria (16%), etc.
Además, el 43% de las empresas encuestadas estudian empezar a ofrecer o aumentar la oferta de soluciones ‘compra ahora, paga después’ (BNPL, por sus siglas en inglés) para tratar de mantener la fidelidad de sus clientes.
Y cuando el pago no llega, la mayoría de las empresas (57%) suelen emprender acciones legales, aunque crece el porcentaje de compañías que se decantan por otras opciones, como utilizar procesos internos de recuperación (30%), trabajar con empresas de recobro especializadas (21%), emplear soluciones de factoring (17%) o recurrir a mediación o soluciones alternativas (15%).
Reacción tardía
Por otro lado, conforme a los datos que barajan en la legaltech online especializada reclamación de deudas RedClaimer, las empresas españolas tardan una media de 424 días, es decir, un año y so meses en iniciar una reclamación de cobros impagados.
Arrastrar impagos durante tanto tiempo ha provocado que, en 2023, casi 4 de cada 10 empresas nacionales, es decir, un 38%, haya tenido que cancelar deudas incobrables, según la encuesta European Payment Report.
De la misma manera que las empresa empiezan a adoptar medidas para abonar sus facturas en tiempo, en RedClaimer animan a las compañías a “implementar estrategias proactivas para gestionar los retrasos tempranos y evitar que se conviertan en deudas incobrables”, en palabras de José Antonio Caballero, CEO y cofundador de RedClaimer.
Los mayores riesgos para que tu deuda sea incobrable
Los expertos de RedClaimer identifican dos factores principales que aumentan el riesgo de hacer incobrable una deuda:
La antigüedad: A juicio de Caballero, “hay una correlación directa entre el tiempo y el éxito que va cayendo mes a mes”. Es decir, que cuanto más se tarda en reclamar una deuda mayor posibilidad de ver frustrado su cobro. Ello obedece a distintos factores “como la posibilidad de que el deudor haya cerrado, la creencia de que, a mayor antigüedad, menor obligación de pago; el olvido del acreedor o el traspapeleo de documentos”, dice el CEO.
La advertencia en esta parte es que, transcurrido un año del vencimiento del pago, la probabilidad del cobro se reduce a un 50% y, una vez transcurridos tres años, esta probabilidad cae a menos del 20%.
La cuantía de la deuda. Es el otro factor determinante cayendo la probabilidad de cobro conforme crece el importe adeudado.
Prescripción de una deuda
Recuerdan también en RedClaimer la existente de plazos legales para reclamar el pago de una deuda. El plazo general es de 5 años, aunque se aplican otros para sectores específicos como, por ejemplo, el del transporte donde la prescripción es de un año.
Otras actividades, como servicios jurídicos de abogados, notarios, peritos o sectores como el de farmacia, profesores, hoteles y restaurantes tienen un plazo de prescripción de 3 años.
Asimismo, señalan que en algunas comunidades autónomas, como es el caso de Cataluña, el plazo de prescripción de una deuda por préstamo o venta puede extenderse por un periodo de hasta 10 años con el condicionante de que tanto el deudor como el acreedor residan en la comunidad.
Los sectores más afectados
Asimismo, atendiendo a la base de clientes disponible en RedClaimer, el sector industrial es que el más se demora en reclamar facturas impagas, con una media de 1.400 días, aunque con una tasa de éxito del 60% en la recuperación de las deudas.
El comercio al por mayor, es otro de los más lentos en las reclamaciones (una media de 848 días de antigüedad), aunque logra una tasa de éxito del cobro del 75%.
