El objetivo de esta celebración es fomentar el espíritu emprendedor entre la población y dar visibilidad a la necesidad de crear nuevos negocios. Y más aún en un momento como el actual, en el que el impulso del emprendimiento resulta fundamental para apuntalar la recuperación económica y social.
¿Pero cómo es el emprendedor español? Según el ‘Mapa del Emprendimiento 2022’, realizado por South Summit e IE University, se trata habitualmente de un hombre (80% de los casos), con una edad media de 33 años y alta cualificación, ya que la mayoría cuenta con carrera universitaria, mientras que el 70% dispone de un máster y el 16% pone en marcha su startup con un doctorado en el bolsillo. En cuanto a su formación, predominan los emprendedores procedentes de los ámbitos de la ingeniería y las ciencias sociales.
Además, el estudio desvela que suelen ser perfiles con experiencia profesional previa. Así pues, más de la mitad trabajaba en una empresa antes de presentar su startup, casi una cuarta parte (24%) ya tenía un proyecto emprendedor previo y el 7% estaba empleado en una startup. Sólo el 1% estaba en paro.
Sin embargo, el informe advierte que la incorporación de la mujer al ecosistema emprendedor sigue siendo una asignatura pendiente en nuestro país y a nivel mundial. En España, la mujer emprendedora representa el 20% de los emprendedores, ligeramente por encima del conjunto de Europa (17%), pero por debajo de Norteamérica (21%) y Latinoamérica (24%).
Por otra parte, destaca la irrupción del fenómeno ‘solopreneur’ al emprendimiento español. Según sus datos, el emprendedor en solitario representa el 6% de las startups en España. En cualquier caso, lo más habitual sigue siendo crear una startup rodeado por un equipo normalmente reducido. De este modo, casi 6 de cada 10 de estas empresas tienen entre 2 y 3 fundadores, mientras que el 35% se pone en marcha con más de 4 socios.
Además, estos equipos fundadores continúan estando muy masculinizados, ya que casi 6 de cada 10 fueron creadas sólo por hombres y apenas un 6% fueron fundadas por mujeres. Y las startups con un equipo de fundadores mixto representan el 35%.
Los datos también confirman la madurez del ecosistema emprendedor en nuestro país, ya que las startups españolas tienen una media de 3 años de vida. Además, se aprecia una al alza respecto a los años anteriores: 2,7 años en 2021, 2,5 años en 2020 y 2,2 años en 2019.
De hecho, apenas estamos unas décimas por debajo respecto a la media de vida de las startups de Norteamérica (3,04 años) y Europa (3,19 años), aunque algo más lejos de las nuevas empresas de Latinoamérica (4,47 años).
También hay que destacar la rapidez de llegada al mercado de las startups españolas, puesto que el 70% de ellas ya ha lanzado su producto y está generando tracción, casi un 10% más que un año antes.
Esto se refleja en su cuenta de resultados. La investigación ha observado que 6 de cada 10 startups en España ya generan ingresos, un 11% más que el año anterior. Además, el 11% de las startups supera los 500.000 euros anuales e incluso un 18% tiene EBITDA positivo, seis puntos porcentuales más que en el anterior ejercicio y un 5% más que en el resto de Europa. Y las expectativas son muy favorables, ya que casi un tercio (32%) de las startups espera alcanzar un EBITDA positivo en el plazo de un año.
Además, estas compañías generan cada vez más empleo. No en vano, 7 de cada 10 startups (69%) disponen de 2 a 10 trabajadores, mientras que una cuarta parte (26%) tiene entre 10 y 50 profesionales en plantilla.
El ‘Mapa del Emprendimiento’ también descubre que el ecosistema español está cada vez más diversificado. Fintech, educación y salud representan son las tres primeras industrias, por delante de desarrollo de software, comercio electrónico, iniciativas de impacto social, agrotech, datos y analítica, servicios de productividad y medios de comunicación.
Además, South Summit detecta un gran potencial de crecimiento en el área de la inteligencia artificial (IA). En este sentido, apunta que los proyectos de IA representan el 16,8% en España, por detrás de las cifras registradas en Latinoamérica (18,8%) y en Europa (22,4%).
En cuanto a la financiación, el estudio señala que nos movemos hacia un modelo cada vez más profesional y equilibrado, donde los fondos privados han pasado del 11% en 2018 al 32% en 2022, mientras que los fondos propios han caído del 60% al 46% en el mismo periodo.
Por otro lado, cabe señalar que en los últimos años está adquiriendo fuerza el concepto de scaleup, referido a aquellas empresas que ya han dejado de ser startups y han alcanzado una mayor dimensión económica y social y una facturación superior al millón de euros.
El último informe Scaleup Spain Network preveía que las scaleups españolas superarían los 6.000 millones de euros de facturación en 2022, con un crecimiento del 55% respecto al año anterior, en el que ya habían crecido un 96%.
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