Quejarse en un hábito muy español. En algunos casos podría incluso decirse que nos gusta tener algo de lo que poder quejarnos.
Por ejemplo, ¿cuántas veces has visto a alguien quejarse por la cola en la caja, mientras que los terminales de autocobro están prácticamente vacíos? Se trata de una escena frecuente en aquellos establecimientos que ofrecen ambos sistemas de pago, tanto cajas con dependientes como puestos de autocobro.
Los datos recabados por Aecoc en su ‘Barómetro de medios de pago y métodos de autenticación’ confirman que ésta no es sólo una sensación nuestra, sino que es algo que realmente sucede en las tiendas.
¿Usamos las cajas autocobro?
De acuerdo con el estudio, el 40% de las personas consultadas afirman que les molesta tener que esperar en la cola de cajas y que les gustaría poder abonar sus compras de forma automática y sin esperas.
Sin embargo, alrededor de la mitad de los encuestados reconocen que no utilizan las cajas de autocobro cuando las hay (44%) y dicen que prefieren ser atendidos por un dependiente.
Estas tendencias se acentúan entre las personas mayores de 60 años. Por el contrario, los consumidores más jóvenes, de entre 16 y 27 años, priorizan el pago automatizado y ágil, sin necesidad de ser atendidos por un dependiente en la línea de cajas. Por tanto, las cajas de autocobro representan una buena opción para ellos.
Asimismo, los jóvenes afirman que preferirían poder salir de la tienda sin tener que pasar por la línea de cajas y que hubiera distintos puntos dentro de la tienda donde poder pagar. Y si éstos fueran terminales de autocobro, quizá sería la combinación perfecta para ellos.
La opción de realizar un pago totalmente automatizado es la que propugna Amazon, bajo su modelo Amazon Go. Esta posibilidad va un paso más allá de las cajas de autocobro, ya que tan sólo hay que meter los productos en la cesta y salir por la puerta, cargándose automáticamente la compra al medio de pago escogido de antemano.
Aunque la compañía estadounidense no ha logrado que este formato arraigue entre el gran público. De hecho, hace tiempo que se viene hablando de su despliegue internacional y de su posible llegada a nuestro país, algo que finalmente no ha sucedido.
La posibilidad de pagar en diferentes puntos de la tienda supondría recuperar algo que ya se hacía hace décadas y que establecimientos como El Corte Inglés jamás han dejado de hacer.
¿En efectivo o con tarjeta?
Al margen de si preferimos pagar en la línea de cajas y con un dependiente o mediante autocobro, el estudio de Aecoc también analiza los medios de pago empleados, desvelando que los españoles usamos de promedio 2,2 métodos para abonar nuestras compras en las tiendas.
Aunque en los últimos años han aparecido nuevos medios de pago, el dinero en metálico y la tarjeta bancaria siguen siendo la opción escogida por la mayoría de los consumidores españoles.
En concreto, 2 de cada 3 personas (66%) dicen pagar sus compras con efectivo, mientras que 6 de cada 10 consumidores (60%) echan mano de la tarjeta de débito.
No obstante, casi la mitad de los encuestados (49%) reconocen que utilizan el dinero en metálico menos que antes. Además, se suele usar principalmente para compras pequeñas, de menos de 50 euros.
También tiene fuerza el pago con tarjeta de crédito (37%) y a través de una app móvil (26%). Luego hay otras opciones menos populares, pero que también son usadas por algunos consumidores, como las tarjetas específicas del establecimiento (16%), Bizum (8%) o con una app de su smartwatch (5%).
Sin embargo, hay notables diferencias en función de la edad de los consumidores. Por ejemplo, llama la atención el paulatino incremento del uso de la tarjeta de crédito a medida que aumenta la edad, pasando del 30% para la Generación Z al 46% entre los baby boomers. Lo mismo sucede en el caso de las tarjetas propias de los establecimientos, cuya utilización se reduce al 10% de los miembros de la Generación Z, mientras que son usadas por el 24% de los baby boomers.
En el sentido opuesto, el pago mediante una app móvil o con Bizum va descendiendo progresivamente a medida que avanza la edad del grupo estudiado
¿Y qué pensamos de la biometría?
El uso de la biometría a la hora de pagar despierta dudas entre los españoles. Casi 2 de cada 3 personas (65%) piensan que el pago biométrico supone un mayor riesgo, ya que no es posible cambiar la huella en caso de hackeo, como se hace con una contraseña o PIN.
Además, buena parte de los consultados dicen que no les gustaría tener que registrar su voz, huella o cara para poder pagar (60% de los encuestados), piensan que este tipo de métodos son una invasión a su privacidad (50%) o creen que el coste de tener un dispositivo con la tecnología que permita este tipo de pagos es demasiado elevado (50%).
