Santiago Basmalís (en la foto), CEO de Giros Griego, ha recogido el legado que su padre, originario de la ciudad griega de Tesalónica, inició en la década de los 80, cuando montó en Zaragoza un restaurante griego, con platos emblemáticos como la musaka. El proyecto fue bien y se abrió un segundo local, donde replicó el éxito, lo que le animó a dar un paso más y traer de su país natal un concepto de bocatería griega muy popular donde el gyros es el protagonista [el producto está elaborado con pan de pita, carne asada de cerdo o de pollo o mixta, verduras, patatas fritas y salsa griega]. “Era 2001, no existían negocios similares y fue un boom”. Asistimos aquí al origen más primigenio de lo que hoy es Giros Griego.
Una apasionante aventura vital y emprendedora
¿Pero cuál era el vínculo de su progenitor con España? “Ninguno”, confiesa Basmalís. “Esto fue una locura; tres amigos decidieron venir a la aventura al país, a estudiar. Mi padre entró en Medicina, quería ser médico; él nos contó que un catedrático le hizo salir al estrado a realizar una exposición; él acababa de llegar al país hacía cuatro–cinco meses, no se podía expresar fácilmente y el profesor le recomendó que, antes de proseguir los estudios, aprendiese español. Mi padre cogió la mochila, empezó a trabajar en varios sitios y, cuando ya tenía conocimientos de español, regresó a la Universidad… para cursar Empresariales. Mientras estudiaba conoció a mi madre y, ya entonces, decidió quedarse en el país, y montaron ese primer restaurante que fue el inicio de todo”.
El delivery como una de las señas de identidad
Basmalís comenzó a trabajar en el negocio familiar a los 16 años para ir echando una mano, recuerda nuestro protagonista. “Conforme pasaba el tiempo adquiría más experiencia y conocimiento y, ya en los últimos años, antes de que mi padre cediese el testigo, yo llevaba la gestión. Uno de los principales cambios que se introdujo fue el reparto a domicilio. Al principio lo hacíamos nosotros, ya que no existían las plataformas como ahora; cogía la moto y entregaba los pedidos que entraban por teléfono. Empezamos con tres pedidos y llegamos a un punto en el que había tardes con 40–50 pedidos, de modo que ya contábamos con 8–9 repartidores propios”.
Irrumpió entonces en el mercado Just Eat y empezaron a trabajar con ellos. “Poco después apareció Glovo, nos llamaron y empezamos también a colaborar con ellos, con gran éxito; luego llegó Uber, Deliveroo… lo cierto es que estuvimos con todas las plataformas, ya sin repartidores propios”.
Nos situamos ahora en el 2020, cuando se jubiló el progenitor de Basmalís e irrumpió el covid. “Éramos muy fuertes en delivery y, una vez que el Gobierno dio permiso para que los negocios con licencia en esta actividad continuasen abiertos, el aluvión de pedidos fue tal que, en 2021, salimos en prensa como el restaurante número 1 con más pedidos en Zaragoza y el cuarto en España”.
Sencillez y eficiencia en cadena
Gracias a su trayectoria al alza, la marca comenzó a despertar interés, se plantearon entonces crecer en franquicia y Basmalís viajó a Grecia para hablar con el proveedor con el que llevaban trabajando veinte años; finalmente, decidieron unirse y crearon una empresa conjunta que dotase así de gran consistencia al proyecto, al ser la encargada de abastecer a todos los locales que pueda haber de Giros. “Si queríamos seguir con ese enfoque tan auténtico, tan griego y con respeto hacia el producto, no podríamos tener a alguien en España como proveedor, sino que teníamos que trabajar con alguien en origen que cumpliese con esos estándares y calidad. Y Stohos es una firma con más de 40 años de bagaje en el mercado y que vende por toda Europa”.
Con estos mimbres sólidos y un amplio bagaje, Giros Griego impulsa ahora su expansión en cadena, algo que ya intentaron en 2003, sin que cuajase la iniciativa. “Quizás en esa época no existía la tecnología para estandarizar la operativa y que la gestión fuese sencilla; lo cierto es que el episodio nos aportó una gran experiencia en este ámbito”.
Llegados a este punto, cabe preguntarse qué cambios introdujeron en el concepto para franquiciarlo. “Antes en el local se empleaban asadores verticales, con bolas de carne, lo que dificultaba la operativa, ya que la formación del personal, por ejemplo, era compleja”, explica el CEO de Giros Griego. “Ahora el proceso se realiza en Grecia, con robots que van cortando esa carne ya asada, que se introduce en bolsas de uno o dos kilos. Con este proceso hemos quitado al franquiciado la preocupación de tener a una persona encargada de cortar la carne”.
En paralelo, han mejorado los tiempos, “de forma que hoy el tiempo medio de preparación de un pedido es de tres minutos”. Otra de las ventajas tiene que ver con las mermas; antes, si terminabas el servicio y quedaban sin servir 10 kilos de carne en la bola, esa bola había que tirarla. “Al final, hemos mejorado mucho tres pilares del modelo de negocio”.
Genuinos, rentables y sin competencia
Pero no son estos los únicos beneficios para el franquiciado a la hora de integrarse en la cadena. “Subrayaría nuestra experiencia de más de dos décadas y que hemos sido todo estos años un negocio muy rentable. Otras ventajas son lo bien preparados que estamos para el servicio a domicilio, la estandarización con el producto y que casi no hay auténticos locales griegos en el mercado”. También es vital aquí el soporte al asociado. “A pesar de no tener aún franquicias, ya somos cuatro personas en central enfocadas en la formación, control y supervisión de los locales”.
Un asociado que tendrá en sus manos un producto único y con un tremendo potencial. “De la misma manera que en América surgió la hamburguesa y lleva años y años en el mercado, en Grecia siempre hemos tenido el gyros como el modelo de comida rápida; el país está lleno de este concepto de bocaterías y mi padre quiso traerla a España. A partir de aquí, en nuestros locales puedes consumir este producto de manera rápida, pero también tenemos ensaladas, platos para compartir, raciones, postres y bebidas”.
Reconoce Basmalís que, al final, su sueño es que la gente, “de la misma manera que le surge la palabra pizza, hamburguesa o kebab para pedir a domicilio o comer en algún sitio, tenga también en su boca la palabra gyros”.