Bitcoin ha roto la barrera de barrera de los 100.000 dólares, un hito impulsado por una combinación de factores que han marcado el rumbo del mercado en el 2024.
Este ascenso es fruto de una serie de acontecimientos que han fortalecido su legitimidad y atractivo para los inversores.
El 10 de enero de 2024, la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU (SEC), aprobó los primeros fondos cotizados en bolsa (EFT) de Bitcoin, que llegaron de la mano de BlackRock. Este paso supuso un punto de inflexión para el mercado al facilitar la exposición de grandes inversores –institucionales y minoristas– a la criptomoneda.
Tres meses más tarde, en abril, tuvo lugar el halving de Bitcoin, un evento programado que reduce a la mitad la recompensa por bloque minado, disminuyendo así la emisión de nuevos bitcoins. Históricamente, estos eventos han precedido incrementos en el precio debido a la reducción de la oferta y la expectativa de mayor escasez.
Reelección de Donald Trump
Por otro lado, el panorama político también ha jugado un papel clave. La reelección de Donald Trump el pasado mes de noviembre trajo consigo promesas de un marco regulador más favorable para las criptomonedas. Durante su campaña electoral, prometió reducir las restricciones impuestas a este sector y establecer una “reserva estratégica” de Bitcoin, lo cual impulsó la confianza de los inversores contribuyendo al aumento del precio. Tras la toma de posesión, su apuesta por el mundo critpto se materializó con la creación de su propio memecoin.
A pesar de haber superado los 100.000 dólares, Bitcoin ha demostrado ser vulnerable a la volatilidad del mercado. Un ejemplo reciente fue la caída del 7,5% tras el anuncio de nuevos aranceles por la administración Trump, quedándose en 91.969 dólares, lo que provocó una liquidación significativa en el mercado de las criptomonedas.
2025 se presenta como un año lleno de desafíos y oportunidades
Algunos analistas vislumbran un gran futuro gracias a la adopción institucional y a las nuevas regulaciones que entran en vigor este mismo año. Otros alertan de que la volatilidad y los riesgos aún persisten, como puede ser una regulación excesiva y las implicaciones potenciales de la computación cuántica, que son reales.
La industria del sector, desarrolladores y empresarios siguen explorando nuevos algoritmos e innovando para contrarrestar la amenaza que representa la computación cuántica.
El rumbo de Bitcoin dependerá de factores cruciales como las políticas gubernamentales, la salud de la economía global y la aceptación generalizada de las criptomonedas.
Todo apunta que la tecnología subyacente que representa Bitcoin será una palanca impulsora para formar un puente de unión entre el mundo real y el digital, que muchas personas llevamos esperando desde hace años.