
Los beneficios de las empresas están profundamente ligados al bienestar de sus empleados. Según el Foro Económico Mundial, un entorno laboral positivo mejora la salud mental y el propósito de los trabajadores, lo que repercute en el rendimiento y la productividad de las compañías. En este contexto, el humor está reclamando su lugar como una herramienta transformadora para los ambientes de trabajo.
En MPC Management llevamos años observando cómo el humor, además de entretener, conecta con las personas y les ofrece algo que va más allá de lo tangible: la posibilidad de relajarse, disfrutar y abrirse a nuevas ideas. Por ello, tras varias décadas de experiencia trabajando con los cómicos más reconocidos de España, hemos decidido abrir una nueva división de eventos humorísticos orientados al mundo empresarial. El objetivo es trasladar este efecto transformador al ámbito laboral y acabar con todos los mitos que asocian el profesionalismo con la seriedad.
La sociedad suele identificar el trabajo y el humor como conceptos antagónicos, incapaces de convivir en un mismo espacio. Una percepción errónea y limitante. El humor debe tener cabida más allá del ocio, y en el entorno laboral se convierte en un instrumento clave para romper barreras entre jerarquías, roles y personalidades. Unas risas compartidas son el catalizador perfecto para generar confianza y construir conexiones que crean un ambiente abierto y colaborativo, donde las ideas fluyen con libertad y las relaciones se enriquecen por sí solas.
Además, el humor actúa como un desestresante natural. Vivimos en la era del cortisol, la hormona del estrés, que tantas veces se dispara en nuestro día a día empresarial. Sin embargo, en momentos de tensión e incertidumbe, el humor es un bálsamo que ayuda a relativizar los problemas y convierte experiencias complejas en situaciones más manejables.
Por ello, las bromas, las ironías y los juegos de palabras deben ser componentes indispensables en nuestro lenguaje laboral y dejar de ser percibidos como algo inapropiado o que pueda poner en riesgo la productividad.
Al contrario, un ambiente de trabajo impregnado de buen rollo, además de mejorar el clima laboral, también se convierte en un terreno fértil para que florezca la creatividad, un recurso indispensable para las organizaciones que buscan diferenciarse, innovar y prosperar. Las empresas más creativas son las que se adaptarán mejor a sus mercados, cada vez más dinámicos, y su productividad se verá beneficiada a largo plazo.
Todas estas cualidades mencionadas hacen del humor la mejor estrategia para atraer y retener talento, algo indispensable para cualquier compañía que quiera ser competitiva. Por ende, generar un ambiente laboral positivo no es un concepto meramente anecdótico, sino que va mucho más allá. Estamos hablando de un requisito que debería ser indispensable dentro de la política de cualquier empresa.
Incorporar el humor en el entorno empresarial no es tarea sencilla. No todas las empresas están preparadas para asumirlo como parte de su cultura, ni todas las formas de humor resultan efectivas en cualquier contexto. Cada organización tiene su propia dinámica, valores y sensibilidades, lo que implica que el humor debe adaptarse cuidadosamente a su identidad particular.
Que el humor se establezca de manera natural en una organización también requiere un trabajo de análisis y sensibilidad. Lo que funciona en una empresa puede no encajar en otra, y el éxito depende de saber leer las necesidades y límites de cada entorno. Sin embargo, el objetivo subyacente es universal: compartir buenos momentos, conectar los unos con los otros y desconectar de las emociones negativas.
Nosotros entendemos el humor como una filosofía de vida, pero también de trabajo. Y nos tomamos esto muy en serio. El humor nos hace más humanos y, si lo usamos con inteligencia, nos acerca a nuestros objetivos corporativos de una forma más eficiente.