
Me siento a escribir este artículo, pensando cómo ha cambiado el panorama emprendedor para las mujeres en las últimas dos décadas y aunque muchas cosas han mejorado sensiblemente, especialmente en lo que se refiere a la conciliación y las políticas públicas, otras muchas siguen siendo una desventaja difícil de atajar.
Las mujeres han irrumpido con fuerza en el ámbito emprendedor, compitiendo al mismo nivel que los hombres, en muchos aspectos y sobresaliendo en algunos con impacto positivo.
Según el informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2022, el 46% de los nuevos negocios en España son liderados por mujeres, un dato muy positivo y con una buena tendencia, pero además se constata que las mujeres emprendedoras están liderando proyectos con un claro enfoque en la sostenibilidad.
Según el mismo informe, el 36% de las mujeres emprendedoras se dedican a iniciativas con impacto social y medioambiental, priorizando el impacto social y medioambiental de los negocios. Este enfoque en la sostenibilidad y el bienestar social está redefiniendo el panorama empresarial en sectores clave como la tecnología, la salud o los servicios.
Desafíos del emprendimiento femenino
A pesar de los avances, las mujeres siguen enfrentando obstáculos importantes. Menos del 3% del capital de riesgo global se destina a empresas lideradas por mujeres, según el Women Entrepreneurs Finance Initiative (We-Fi).
Pero también seguimos encontrando mayores dificultades para el acceso a financiación entre las mujeres que los hombres, en la Fundación Nantik Lum acompañamos a muchas emprendedoras en el acceso a la financiación dado que para ellas es mucho más difícil conseguir el apoyo de inversores o de financiación bancaria.
Las mujeres han demostrado un creciente interés en sectores como la tecnología y la salud, sin embargo, según el último informe elaborado por el Grupo de Trabajo ‘Mujer e Internacionalización’ dela Secretaría de Estado de Comercio, el tamaño o el nivel de internacionalización de las empresas lideradas por mujeres sigue siendo mucho menor a pesar de las políticas públicas y es que todavía existen factores culturales y educacionales que marcan significativamente la toma de decisiones estratégicas y el nivel de riesgo y responsabilidad que las mujeres desean asumir.
Si hablamos de sectores, las mujeres tienden a emprender en el sector servicios y hay sectores como la construcción y la ingeniería aún presentan una baja representación femenina. Solo el 8% de las empresas en estos campos son lideradas por mujeres, lo que demuestra que aún existen barreras significativas en ciertas industrias.
Estoy convencida que una conciencia global más exigente hacia la sostenibilidad tanto medioambiental como social, así como el desarrollo de políticas públicas igualitarias e inclusivas, están posicionando a las mujeres, tradicionalmente más sensibles con esta problemática, en una mejor situación para liderar los procesos de transformación hacia modelos más sostenibles e inclusivos.
Debemos seguir trabajando en el ámbito de la igualdad, favoreciendo entornos más atrayentes para las mujeres que les permitan conciliar y desarrollarse, así como mejorar el acceso a una educación de calidad en todos los aspectos, desde la tecnología y las finanzas hasta la igualdad de genero o la sostenibilidad.