¿Alguna vez te has preguntado cómo se manejan las personas con discapacidad visual en ciudades y espacios desconocidos? Para Javier Pita esa era una de sus grandes preocupaciones. Con un hermano afectado por ese problema, era consciente de los constantes obstáculos a los que tenía que enfrentarse.
“Y cuando empezamos a desarrollar móviles, vimos que la tecnología nos permitía hacer aplicaciones que podían ser de ayuda para este tipo de personas y que, a través de la cámara y el móvil, podías crear soluciones que mejorasen su vida”.
Así fue como en NaviLens pensaron en diseñar “algo señalético para hacer la ciudad más accesible a las personas con ese tipo de discapacidad y ayudarles en algo tan básico como encontrar, por ejemplo, paradas de autobús en espacios desconocidos”, explica Pita, CEO y cofundador de esta compañía.
Los inicios de NaviLens
La primera opción en la que pensaron fue en un código tipo QR, “pero has de enfocar con la cámara y era necesario un código que pudiese leer alguien con discapacidad visual”. Tras cinco años trabajando con la Universidad de Alicante surgió el código de NaviLens, “con colores y cuadros pixelados que se puede leer a unos metros de distancia. En el caso de las farolas, por ejemplo, a 20 metros. Ese código le da información a la persona sobre dónde está la parada de autobús”.
En Madrid ya se ha implementado en todas las paradas de autobús “gracias a la ONCE. Se lo ha transmitido a todos sus asociados para que puedan utilizar Google Maps. Abren NaviLens, escanean el entorno con la cámara y la aplicación les indica dónde está la parada”.
Pero también está implantado en el metro de Nueva York, en la estación de Amsterdam, en la red de tranvías de Melbourne, en Stuttgart, en Singapur, en Londres o en Paris. Y en España, en Madrid, Barcelona, Murcia…
Y en productos de consumo
Eso, en lo que a transporte se refiere, pero es que, desde 2021, también se está implantando en los productos de consumo para facilitar la compra a las personas con problemas visuales. Marcas como Kellogs, Coca Cola, Ariel, Bimbo, Oral B, El Pozo, Purina, Nestlé y así hasta un total de 24 marcas, hasta el momento.
Pero, ¿por qué surgió en realidad la idea de NaviLens? “NaviLens nació en 2005 de la mano de Nuria Fructuoso y mía. Al principio, diseñábamos apps para Blackberry en un momento en que prácticamente nadie sabía lo que era una app móvil y nos costaba un mundo explicarlo. Pero conseguimos que Blackberry nos encargase hacer las suyas a nivel mundial.”
Poco a poco, los móviles fueron incorporando cámaras y GPS y fue ahí cuando desde NaviLens comenzaron a pensar en cómo podían ayudar con su tecnología a las personas con discapacidad visual y lo que empezó como un plan B se convirtió en el plan A.
“Estuvimos cinco años desarrollando la tecnología hasta que finalmente la lanzamos en 2017. El primer cliente fue el Transporte Público de Barcelona. Nosotros entendíamos que el transporte público era clave para los ciegos, porque no pueden conducir. Así que publicamos un vídeo en YouTube explicando en qué consistía la solución y al poco nos llegó un mail del metro de Nueva York. Era la época prepandemia y no nos lo pensamos. Nos plantamos allí, les llevamos los códigos y les encantó”.
“Hoy, el código NaviLens está en transportes y productos de consumo de más de 30 países, pero nuestra tecnología se utiliza en más de 120 países. Cualquier persona puede descargarse nuestros códigos gratuitos Navilens para etiquetar, por ejemplo, los productos que guarda en la nevera”, explica Pita.
Accesible para todo el mundo
Y es que es en esa tecnología gratuita y abierta en lo último en lo que han puesto el foco.
“Queremos que todo código QR sea accesible para todo el mundo. Somos conscientes de que, a menudo, cuando vas, por ejemplo, a un restaurante, tienes que leer el código QR y no siempre es una experiencia cómoda. Así que hemos lanzado el código QR NaviLens, que rodea el código QR con uno accesible haciéndolo un código mixto. De tal manera que cualquier persona lo pueda leer y escuchar. Hemos lanzado una plataforma para que cualquiera lo pueda bajar de forma gratuita. Cuanta más se sepa, será mejor. De hecho, por ejemplo, el código QR que aparece en los informativos de Antena 3 es nuestro”, explica el CEO de la compañía.
Para el usuario es completamente gratis: “Pueden descargarse hasta 10 códigos NaviLens sin coste alguno”. Y la forma de monetizar es a través de licenciamientos para uso profesional (transporte y consumo, fundamentalmente”.
Hacer sencillo lo difícil
En la evolución de NaviLens ha sido clave el principio de hacer sencillo algo que es muy difícil. Si utilizas una app NaviLens vas a obtener toda la información en tu idioma. Es decir, una ventaja añadida del código NaviLens es que, en realidad, ayuda a cualquier persona que se desplace fuera.
“Si estás en Nueva York, en Japón o en Australia, puedes emplear nuestro código para obtener información en castellano de dónde están las paradas más cercanas y la información más relevante de tu entorno. Y, al revés, un japonés o un neoyorquino que venga a España podrá tener la información que necesite en su idioma. Es decir, al final, es una solución que ayuda a las personas ciegas, pero que trasciende a la sociedad”.
Se pueden leer cientos de códigos NaviLens, te dan información contextualizada y actualizada (próximos trenes, ocupación de la estación, si el primer vagón está más ocupado que el segundo…). Y todo ello simplificando todo el proceso al máximo: haciendo que la señalética sea accesible simplemente apuntando con el móvil.
Hoy, NaviLens lo componen 16 personas que gestionan todo desde Murcia. “Nuestro sueño es que haya un código NaviLens en todo código QR para que las personas con discapacidad visual puedan moverse libremente de una ciudad a otra o hacer la compra de forma completamente independiente”, defiende Pita.
Los códigos QR nacieron en Japón hace 90 años y los códigos de barras en Estados Unidos hace 150 años. “Nosotros queremos que el código NaviLens pueda sustituir a los dos y que sea una tecnología ubicua, masiva y española”, subraya Pita.