Es el ejemplo más claro de que quien quiere, puede. Ha salido en algunas de las portadas de las revistas más famosas del mundo, desde New York Times a Forbes, por poner dos ejemplos, y ha llegado a protagonizar un vídeo realizado por el Ayuntamiento de Nueva York para promocionar la ciudad de la gran manzana como el paraíso ideal para el entrepreneurship mundial.
Fundó tres empresas en EEUU y las tres las vendió. La última por varios cientos de millones de dólares (llegó a publicarse que 300, aunque él ni confirma ni desmiente). Y ha sido de los primeros inversores en proyectos nacionales de la relevancia de Cabify o Flywire.
Para inspirarte, necesitas rodearte de gente excelente, con inquietudes, con ambición
Humilde y con una gran formación
Por eso no es de extrañar que se haya convertido en un auténtico referente para el ecosistema emprendedor español. Y todo ello, habiendo nacido en el seno de una familia humilde y trabajadora del interior de Alicante [puedes ver la entrevista completa en vídeo al final de este contenido].
“Yo soy de un pueblo pequeño del interior de Alicante, de Muro, de 9.000 habitantes. Mi padre nunca fue a un colegio. Nació en 1924 en una casa de campo y en aquella época no era tan raro no ir al colegio si estabas lejos de una población. Pero es la persona más brillante que he conocido y aprendió a leer y escribir de forma autodidacta y él siempre le dio mucha importancia a que nosotros estudiásemos y admiraba mucho a las personas con formación académica”.
Y ahí está el primer secreto del éxito de Iñaki Berenguer, CEO y fundador de LifeX y fundador de Pixable, Contactive y CoverWallet: la formación.
“La situación no era la mejor en mi casa. Era una familia humilde, trabajadora, con pocos recursos. Mi madre murió de cáncer cuando yo apenas tenía 2 años y mi padre se quedó a cargo de cuatro niños menores de edad, con 54 años y siendo autónomo, no era la situación más fácil. Pero siempre le digo la gente que el mejor ascensor social que hay es la educación», recuerda este emprendedor.
Sus primeros viajes
Berenguer era muy buen estudiante y ya desde pequeñito destacaba en los estudios. “Estando en el instituto me dieron una beca para ir un verano de intercambio a Maine (Boston) con una familia. Y eso ya me ayudó a abrir los horizontes porque me juntaron con otros estudiantes que también eran excelentes académicamente y eso te inspira. Para inspirarte necesitas rodearte de gente excelente, con inquietudes, con ambición, que busca retos que le lleven más allá y sobre todo irte a EEUU”, explica.
A la vuelta continúa teniendo éxito en los estudios. Estudió Ingeniería y, a pesar de combinar los estudios con trabajos para mantenerse “porque tenía que vivir fuera de casa y mi padre no me podía ayudar”, saca muy buenas notas. Tanto que consigue una beca de la Fundación La Caixa para estudiar el áaster y el doctorado en Cambridge.
“Yo siempre había querido ir allí porque había leído muchas biografías de grandes genios que se habían formado allí y tuve la suerte de ocupar la misma habitación que ocupó Stephen Hawking cuando hizo el doctorado. Todavía es la universidad con más premios Nobel de la historia”.
Estar en centros académicos de excelencia donde las cosas ocurren a tu alrededor expande tus horizontes y te da un reconocimiento
Doctorado y becas
Tras finalizar el doctorado recibió otra beca de la Fundación Fullbright para ir dos años a Columbia y, tras pasar una temporada en Princeton en un proyecto de investigación, la Fundación Rafael del Pino le concedió una beca para hacer el MBA en el MIT.
“Es decir, yo estuve en universidades hasta los 33 años. No es lo normal. Yo siempre digo que la edad ideal para montar tu primera empresa es finales de los 20 y principios de los 30, pero yo a los 33 todavía estaba en la universidad compartiendo piso”, sostiene.
Con este currículum no es de extrañar que, para Berenguer, el papel de instituciones como “Fundación La Caixa, la Fundación Rafael del Pino, la Fundación Fullbright o la Fundación Areces, por ejemplo, sea fundamental para ayudar a los próximos líderes para que expandan sus horizontes, salgan de España, amplíen sus conocimientos y luego vuelvan al país”.
Su propia fundación para ayudar a otros
Y, por eso, también no sorprende que él haya creado su propia fundación, la Fundación Iñaki Berenguer, para devolver algo a la sociedad. Siempre digo que hay que devolver, pero no a quien te lo ha dado, sino al siguiente. En EEUU dicen: ‘No pay back, pay forward‘. Es como una cadena de favores. Una parte de lo que he ganado con mis empresas lo he destinado a la fundación”.
“Damos unos premios en metálico a los chavales de la comarca del interior de Alicante que han sacado matrícula de honor para demostrarles que buscar la excelencia y destacar merece la pena. Del premio tienen que dar el 75% a una ONG local. Tenemos un listado de 25 y cada estudiante decide a quién se lo quiere dar y por qué. Muchos de ellos van a ser líderes en sus comunidades y es bueno que desde bien jóvenes piensen cómo pueden contribuir a hacer un mundo mejor”.
En el caso de Berenguer, “la formación académica en centros de excelencia me inspiró y me generó muchas inquietudes, porque estar en sitios donde las cosas pasan a tu alrededor –en el MIT, por ejemplo, tenía como compañeros al fundador de Dropbox o podías desayunar con Elon Musk– te inspira mucho, expande tus horizontes y te da también un reconocimiento. Tener un título de estas universidades de prestigio te abre muchas puertas, por lo menos te reciben, te da un sello de credibilidad”.
Lo que busco en un emprendedor es que tenga la ambición, la capacidad y la determinación de querer cambiar el mundo
Inversor de otros emprendedores
Y esa formación es la misma que él tiene muy en cuenta cuando invierte en otros emprendedores a través del fondo LifeX, que lanzó en 2022.
“Lo que busco en un emprendedor es que tenga la ambición, la determinación y las capacidades de querer cambiar el mundo. Buscamos a gente que quiera destacar, ser los números uno, que persigan la excelencia, porque eso lo replicarán en su modelo de negocio. Y ¿cómo reconoces si eso es cierto o no en un emprendedor de 23 o 24 años? A través de su currículum académico”.
Sus emprendimientos: Pixable
Volviendo a su trayectoria emprendedora, su primera empresa, Pixable, nació durante su último año en el MIT, en 2008, antes de su graduación en 2009.
“La fundé junto a un compañero, Andrés Blank, que luego se convirtió en uno de mis mejores amigos. Vimos que había una gran oportunidad en el mundo de las imágenes, los móviles y las RRSS. Hicimos una aplicación muy parecida a Instagram, pero en el móvil. Yo siempre he sido muy bueno anticipando tendencias. Me mudé a Nueva York. Con la crisis, los precios de los alquileres habían caído a la mitad y compartí piso en Times Square con otro compañero del MIT. Como él trabajaba en un banco y yo era emprendedor, él se quedó con la mejor habitación y yo con la más pequeña para pagar menos”.
Arrancaron con muy poco dinero y con el salón de la casa compartida como oficina. “La jornada arrancaba cuando mi compañero del piso se iba al banco a trabajar y se acababa cuando regresaba. Durante el primero año trabajé sin cobrar salario y sin seguro médico. Recuerdo que corrí mi primer maratón en 2009 y lo que tenía miedo era lesionarme porque no tenía seguro médico. Lanzamos y tuvimos la suerte de estar en un sector que se convirtió en absoluta tendencia, hasta el punto de que nos sacaron en la portada del New York Times”.
La empresa empezó a crecer, consiguieron fondos y en 2012 les compra SingTel, de Singapur, por 30 millones de dólares. “En aquella época yo era el principal accionista. Habíamos recibido también ofertas de Dropbox, de Twitter, Flipboard, ShutterFly, pero Sintel nos pagaban en efectivo y no en acciones y nuestros inversores preferían efectivo”.
Esta operación revela lo paradigmático de la trayectoria de Berenguer: un español que crea una empresa en Nueva york y que la vende a una empresa del sudeste asiático, “para que veas lo global que es el mundo. Tanto que el alcalde de Nueva York en aquella época, Mikel Bloomberg, me puso de ejemplo para la ciudad de Nueva York, que entre 2009 y 2014 quería ponerse como ejemplo de entrepreneurship a nivel mundial”.
Entonces, “crearon sobre mí un pequeño vídeo de unos 5 minutos hablando sobre cómo un inmigrante elige Nueva York para montar su empresa y muy rápidamente consigue el sueño americano. Hasta hace muy poquito si ibas a la página de Nueva York podías ver ese vídeo”.
El siguiente proyecto: Contactive
Tras la venta hace dos cosas. Lo primero, convence a los de SingTel, donde continuaba como chairman de Pixable, para montar Contactive. “Era un identificador de llamadas. Estaba también en el mundo de las RRSS y del móvil, pero relacionado con las llamadas”.
Y, lo segundo, empieza a invertir en otros emprendedores. “Fui el primer inversor en Flywire, en la empresa de Iker Marcaide; en la primera empresa de Rebeca Minguela, en Cabify… En muchos emprendedores que estaban arrancando y que querían seguir los pasos que yo había abierto consiguiendo fondos de VC americanos relevantes y creando empresas globales”.
Vende Contactive en enero de 2015 en una venta que a los inversores les permitió recuperar su inversión, pero que a los empleados y a los fundadores pagaron con acciones, que, al cabo de los años, no valían nada.
Esta empresa se acabó vendiendo en 2021 “y ni los empleados ni los fundadores recuperamos nada. Costó venderla porque nos estábamos quedando sin dinero y tuvimos que despedir a algunas personas porque no podíamos pagarle, no porque lo estuviesen haciendo mal”.
Lo paradójico, afirma Berenguer, es que, al cabo de un mes, cuando se produce la venta, “la revista Forbes me saca como un caso de éxito de un emprendedor tan joven que había vendido dos empresas tecnológicas en muy corto plazo de tiempo. Y acababa de despedir a gente. Eso te hace sentir mal, porque el éxito de las empresas es un éxito compartido. Todos los empleados dan mucho. En todas mis empresas todos mis empleados tienen stock options. En Pixable muchos empleados ganaron mucho dinero, a muchos les cambió la vida y en el caso de CoverWallet, todavía más. Alguno se ha vuelto millonario y a otros les ha ido lo suficientemente bien para comprar un piso o a montar una empresa sin depender de una nómina”.
En mis empresas, mis empleados han tenido ‘stock options’. Algunos han ganado mucho dinero con la venta de Pixable o de CoverWallet
Otro nuevo proyecto: CoverWallet
Y montó CoverWallet en 2015 con otra compañera de MIT, Rashmi Melgiri, en el sector de seguros de empresa. “Yo no tenía ni idea de cómo funcionaba el sector seguros. Lo único que sabía era que en mis dos anteriores empresas había tenido que comprar seguros, de responsabilidad Civil, de accidentes de trabajadores, de directivos… que en EEUU son seguros obligatorios”.
De manera que la demanda no había que crearla. “Y en aquella época todo lo de los seguros era totalmente analógico, así que nos planteamos hacer un seguro de empresas por Internet. Y además dirigido a las pequeñas y medianas empresas, que en USA eran 30 millones. Cuando empezamos nos categorizaban como fintech porque no había empresas innovando en seguro, casi parecía un oxímoron lo de innovar en el sector. Me adelanté ahí unos dos o tres años al nacimiento de las insurtech. Y en el mismo mes de 2015 nacieron mi hija Aitana y mi tercera empresa, CoverWallet, que ha sido mi mayor éxito hasta la fecha”.
De cero a 500 empleados y 100 millones
Fue un éxito tan fulminante que en apenas 4 años pasaron de 0 a 500 empleados y de 0 a 100 millones de facturación. ¿Cómo se gestiona un crecimiento de ese tamaño? “Trabajando muchísimas horas. Yo salía todos los días a las 8 o las 9 y no me cogí un solo día de vacaciones en cuatro años, ni siquiera festivos ni fines de semana”.
Durante aquella época el tiempo de Berenguer se repartía casi en tercios entre gestión de recursos humanos, producto y ‘puertas afuera’.
“El 35% /40 % de mi tiempo lo dedicaba a recursos humanos, bien contratando gente o bien reuniéndome uno a uno con la gente, porque la gente brillante que se incorpora a una startup lo hace porque cree que puede estar en contacto con el CEO y que si tiene ideas se pueden implementar, que su voz se escucha y que si hace algo bien se le reconoce y la empresa sabe que existe”.
Con su equipo directo de 8 personas se reunía todas las semanas 30 minutos, pero con la ‘capa de abajo’, de unas 60/70 personas, se reunía cada dos meses unos 25 minutos con cada uno de ellos y les preguntaba por su proyecto. “Se trataba de recopilar el pulso de lo que estaba pasando en la empresa y retener el talento para que la gente no se te vaya a los dos años. Además, a las 8,45 hacíamos un stand up meeting de toda la empresa. Para que todo el equipo esté en la misma longitud de onda cuando creces tanto, tienes que estar informando constantemente de qué está pasando”.
Equipo y producto
Además, gran parte de ese tiempo lo dedicaba a hacer selección de personal. Hasta que tuvimos 100 empleados yo contrataba absolutamente a todos los empleados para asegurarme que encajaban en la cultura de la compañía. Es muy importante tener unos valores, una cultura y saber a quién estás añadiendo al equipo. El equipo es fundamental, sobre todo en las etapas iniciales porque va a hacer de efecto multiplicador para seguir atrayendo talento”.
Después otro 35% lo dedicaba a producto, decidiendo qué funcionalidades debía tener. “Soy una persona muy de producto. Mi background es de ingeniero. Hay unas aplicaciones que te permiten grabar sesiones de usuarios. Si se habían metido 10.000 personas yo me veía todos los días 35 vídeos y así analizaba de primera mano cómo era la interacción. Y también me leía todos los emails y tiquets de soporte de los clientes hacia nosotros. Siempre digo que el feedback de los clientes es un regalo porque, si no, ¿cómo sabes lo que piensan los clientes de tu producto o servicio? En los últimos años, en Internet ya se ha llegado a la conclusión de que la mejor manera de saber qué piensan tus clientes es midiéndolo y no preguntando”.
Y el 30% restante era “de puertas afuera, asegurando que teníamos momentum fuera: que nos conocían las empresas grandes del sector, los inversores, el talento que queríamos fichar, preparando la siguiente ronda de inversión, los medios de comunicación, porque cuando tienes momentum o lo usas o lo pierdes, como decía uno de Mackenzye. Si perciben que eres una empresa de gran crecimiento atraes talento, atraes atención, atraes fondos y eso es lo que hace que todo vaya hacia arriba”.
Ataca un mercado muy grande: crear una empresa pequeña o una enorme cuesta el mismo esfuerzo
¿Salida Bolsa?
Y en 2019 la vende. “Yo pensaba que CoverWallet acabaría saliendo a Bolsa, pero se nos acercó AON que puso cientos de millones de dólares sobre la mesa. En aquella época yo era el principal accionista porque al haber sido todo tan rápido no me había dado tiempo a diluirme y se cerró la adquisición en enero de 2020”.
Aunque Pixable sí nació para ser vendida y Contactive puede que también, en el caso de CoverWallet no fue así. “Desde el día 1 la fundé como una empresa independiente. La estructura de una empresa de innovación es como una cebolla: el centro es la tecnología, luego la capa de producto experiencia de los usuarios, luego el marketing, luego el parnertship y, al final, toda el soporte que necesita una empresa de ventas, de RRHH, de atención al cliente. Eso es necesario para tener una empresa que permanezca en el tiempo y en un futuro pueda llegar a salir a Bolsa. Y yo Coverwallet la monté para que fuese independiente y saliese a Bolsa en 7 u 8 años”.
Adelantado a su tiempo
Berenguer siempre ha tenido una habilidad especial para adelantarse a su tiempo y acertar en el timing. “Tú tienes que saber qué va a ser relevante dentro de 3 ó 5 años para hacer una empresa que entonces sea muy grande. Si ahora el sector ya está en el pico, no funcionará. Ahora, por ejemplo, no tiene sentido lanzar una empresa que sea competidor de OpenAI, porque OpenAI empezó hace casi 10 años. A mí me sirvió vivir un poco en la frontera: ser uno de los primeros usuarios de Iphone, de RRSS, vivir en Nueva York… Si tú quieres saber lo que va a ser relevante en Madrid o en cualquier ciudad europea en el arte, de la arquitectura, de la comida, de los medios de comunicación, de la tecnología, de las marcas dentro de dos años, analiza lo que es relevante hoy en Nueva York”.
Lo importante es saber qué va a ser relevante dentro de 3 o 5 años para hacer una empresa que entonces sea muy grande
Los efectos de segundo orden
Y en esta capacidad precursora introduce un concepto muy interesante: los efectos de segundo orden. “Un buen escritor de ciencia ficción sería capaz de predecir el coche 120 años, pero uno excelente vería también los efectos de segundo orden: como va a haber coches habrá atascos, seguros, supermercados a 5 km de las ciudades, autopistas, urbanizaciones y la suma de todos esos efectos de segundo orden va a crear un mercado muchísimo más grande. Es decir, el market cap de esos efectos de segundo orden será muchísimo más grande que si sumas Ford, Toyota, Renault, etcétera”, señala.
Y continúa: “hay que intentar adelantarte, asumiendo, por ejemplo, que si el mundo cripto va a ser relevante en tres años, qué mercados alrededor de él pueden surgir. Es decir, no inviertas directamente en el bitcoin sino en aquellos mercados que se puedan crear. Yo he sido muy bueno adelantándome esos tres o cinco años”.
¿Lo mejor de emprender?
Berenguer tiene muy claro que lo mejor de emprender son varias cosas. “Lo primero es que creas algo de la nada, ese sentimiento de satisfacción y ese sentimiento de plenitud son únicos. Lo segundo es decidir cómo trabajas y con quién trabajas. Siempre digo que mis empresas tienen una cultura muy marcada”.
Y también el poder aprender. “Si eres un omnívoro intelectual, emprender te permite aprender constantemente. Y también le cambias la vida a muchas personas. Muchos de los empleados que han pasado por mis empresas no sólo han ganado dinero con las stock options, sino que además han creado proyectos y han podido captar inversores y hacer exits muy potentes. Te puedo dar hasta 15 o 20 nombres. Y escucharlos oír que para ellos hay un antes y un después de haber trabajado conmigo es algo que me llena de orgullo y satisfacción porque yo he sido súper exigente con mis empleados y ahora mucha de esa gente no sólo tiene un buen recuerdo de mí, sino que ha invertido en mi fondo”.
Las claves de su gestión
Tres son las claves que definen la forma de gestionar de Berenguer.
1. Atacar un mercado muy grande
La primera es asumir que “lo más importante es atacar un mercado muy grande porque te cuesta lo mismo hacer una empresa chiquitita que una empresa muy grande. Ya que vas a sacrificar horas de sueño, de tranquilidad, de trabajo, de tiempo personal, por lo menos que sea por algo que merezca la pena”.
2. Rodearte de talento
La segunda, de la que ya hemos hablado, es rodearte de talento muy bueno.
3. La gestión del dinero
Y la tercera, gestionar muy bien el dinero. “Siempre digo que los emprendedores deben tener ambición, conseguir dinero y gastarlo en atraer buen talento y en marketing, pero gastarlo bien, no en gastos superfluos. Me gusta invertir en emprendedores que tengan la ambición, pero que sean capaces de gestionar el dinero como si fuese el céntimo que se les cae en la taza del váter y meten la mano para cogerlo”.
Debes tener grandes ambiciones, “pero no comportarte desde el día uno como si ya tuvieses el éxito. Has de visualizar que vas a ser una empresa muy grande, pero en el día a día sacar tú mismo la basura y no contratar a alguien para que lo haga. En mis primeros años en la empresa yo era el que sacaba la basura”, afirma.
Las olas de innovación
Como gran visionario que es, está convencido de que “las olas de innovación vienen por pares. Pixable fue la interacción entre el móvil y las RRSS. La segunda fue la interacción entre el SaaS y el big data y el móvil. Y la tercera fueron las insurtech y los datos”.
Y si tuviese que hacer algo ahora, “intentaría pensar en cómo pueden interactuar la inteligencia artificial, los nuevos dispositivos y el mundo distribuido/cripto para crear efectos de segundo orden que pueden tener más potencial que la inteligencia artificial per se”.
LIFEX Ventures: 100 millones para invertir en IA y salud
Berenguer fundó LifeX, un fondo de 100 millones de dólares, junto a su amigo Amol Sarva, un emprendedor en serie de Nueva York. “Tanto Amol como yo hemos sido inversores personales en startups durante los últimos 15 años. Yo en mi caso había invertido en más de 100 startups, algunas de ellas españolas como Cabify, Flywire, Clikalia, JobandTalent, Geoblink, Ukio, Paack o Verse. Y este fondo es una forma de profesionalizar algo que ya hemos estado haciendo en los últimos años”.
Su objetivo: “startups globales en la intersección de la inteligencia artificial, la ciencia y el sector salud. Creemos que la inteligencia artificial es la mayor revolución que vamos a conocer en nuestra generación, con mucho más impacto en la sociedad que internet o el móvil. Y aunque la IA va a cambiar todos los sectores de la economía, donde vamos a ver mayor impacto y más rápido va a ser en el sector salud. Va a crear abundancia de cosas buenas y que todos viviremos más y mejor”.
Hasta ahora han invertido en 54 startups, aproximadamente un 70% en Estados Unidos y un 30% principalmente en Europa. “Son proyectos que aceleran la innovación en el sector salud (permitiendo que se hagan más descubrimientos con menos inversión y en menos tiempo) o que democratizan el acceso y la adopción de mejores soluciones de salud (como el acceso a médicos, cirujanos o radiólogos que, en el futuro, serán como GPUs de Nvidia)”.
Aquí puedes ver la entrevista completa: