La era del envase de plástico tiene los días contados o, al menos, tal como lo conocemos en Europa y, más concretamente, en España.
La nueva normativa indica que para 2030 todos los envases que circulen en el mercado de la Unión Europea deberán ser reutilizables o reciclables de una forma económicamente viable. Además, establece las proporciones de plástico reciclado que deben contener los diferentes envases y prohíbe la venta de bolsas de plástico.
Estas decisiones han generado las protestas del sector alimentario, pero hacen más acuciante la búsqueda de alternativas al plástico por parte de startups innovadoras con el apoyo de incubadoras y aceleradoras como el programa FAN de EIT Food, la mayor red de innovación agroalimentaria en Europa, cuya ayuda económica para el desarrollo de estos proyectos será de entre 20.000 € y 50.000 €.
Para 2030, todos los envases que circulen en el mercado de la Unión Europea deberán ser reutilizables o reciclables de una forma económicamente viable
Según datos de Greenpeace, España es el cuarto país de la UE con mayor demanda de plásticos, por lo que la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados es una espada de Damocles que obliga a reducir, entre otros, los envases y embalajes plásticos para alimentos destinados a consumo inmediato.
Pero no es solo la presión de los organismos reguladores, también la hay por parte de los inversores y, en última instancia, de los consumidores, cada vez más concienciados con un sistema de producción agroalimentario más equilibrado. Y en este contexto, la producción de envases y embalajes más eficientes y respetuosos con el medioambiente juega sin duda un papel relevante.
más sostenibles, lo que supone un gran reto para el sector alimentario.
Hacia un cambio necesario
El objetivo de estos nuevos envases debe ser la reducción de la huella de carbono de los productos, lo que además se traduce en una reducción de costes para las empresas (de energía, de materiales, de residuos, de transporte y de almacenaje).
Para lograrlo, estos envases y embalajes no solo deben ser fácilmente reciclables y biodegradables, sino que los materiales con los que se fabrican han de provenir asimismo de un proceso de reciclado. La innovación tecnológica, llegados a este punto, es fundamental.
Álex Brossa, de Packaging Cluster, apunta al sector alimentario como el que más retos presenta. “Las previsiones son de crecimiento especialmente en embalaje flexible, papel y cartón, y que se haga con envases que faciliten la reciclabilidad y que en muchos casos se incorpore material reciclado como ya está pasando con el PET en las botellas de plástico. Y en paralelo, encontraremos mucha innovación y nuevos desarrollos con nuevos materiales para aplicaciones concretas y que, a su vez, nos marcaran líneas de futuro para hacerlo escalable a grandes producciones industriales”.
Universidades y hubs tecnológicos son esenciales para dar luz a nuevas ideas y soluciones innovadoras, mientras que los programas de incubadoras y aceleradoras de startups, como los de EIT Food, las encaminan a su implementación y viabilidad empresarial. Es una combinación clave para que estos proyectos, o FoodTech Startups, desarrollen los envases del futuro más próximo. Es el caso de Bio2Coat y Feltwood.
La combinación entre universidades, hubs tecnológicos e incubadoras y aceleradoras de startups, como EIT Food, es esencial para dar luz a nuevas ideas e implementarlas
Envases invisibles
Bio2Coat, fundada por investigadores de la Politécnica de Cataluña, ha desarrollado una gama de recubrimientos para uso alimentario, una cobertura de base acuosa 100% natural y comestible que protege y alarga la vida útil de frutas y verduras. Estos recubrimientos comestibles no dejan residuos y no causan ningún efecto negativo en el medio ambiente, lo que la convierte en una tecnología totalmente sostenible.
Según comentan desde la empresa, “nuestras películas y recubrimientos comestibles están hechos con materias primas provenientes de los propios alimentos. Las materias primas se pueden extraer de frutas, verduras, raíces y cereales. También es posible extraer estos materiales de restos o sobras de alimentos recién cortados. De acuerdo con la forma de procesado, esta formulación puede ser una cobertura comestible o un film para envasado alimentario, en los dos casos es comestible. Nuestro enfoque principal en este momento son los recubrimientos comestibles para aplicación en frutas y verduras”.
que protege y alarga la vida útil de frutas y verduras.
Estos recubrimientos comestibles conservan el producto durante períodos más prolongados mediante la reducción de la transferencia de masa (es decir, gases, vapores, lípidos, etc.). Además, el recubrimiento Bio2Coat mejora el aspecto visual, evita el ataque de hongos y preserva el valor nutricional para los consumidores debido al deterioro más lento de los componentes de la fruta.
Así, el objetivo de Bio2Coat es doble: luchar a la vez contra el desperdicio alimentario y el uso excesivo de los envases plásticos.
Bio2Coat participó en el programa de incubadora de empresas Seedbed de EIT Food en 2020. «Sabíamos mucho sobre la ciencia y la tecnología que había detrás de nuestra solución, pero no teníamos ni idea de cómo mostrarla a las partes interesadas y los socios adecuados para hacerla realidad”, señalan sus responsables.
La empresa también fue seleccionada por esta misma organización en 2022 para formar parte del Food Accelerator Network (FAN) y poder beneficiarse de las mejores conexiones de la industria agroalimentaria y el acceso a servicios y recursos para acelerar su crecimiento e implementar su innovadora tecnología en el mercado.
al tiempo que evita el ataque de hongos y preserva su valor nutricional.
Para estas startups, el enfrentarse a la incertidumbre del mercado ante un producto y proceso nuevo es todo un reto, el 50 % de estas empresas fracasa debido a la falta de validación de sus prototipos en condiciones de mercado, y son las aceleradoras de startups como EIT Food las que buscan mejorar esta realidad. Son proyectos pioneros, por lo que encontrar financiación no es tarea fácil como nos comentan desde otra de estas startups: Feltwood.
Alternativas reales al plástico
Feltwood es una empresa zaragozana que está desarrollando un material de origen 100% vegetal que aspira a convertirse en una alternativa real al plástico.
Sus características le permiten ser más rígido que la celulosa papel-cartón, más moldeable que la madera y no requieren de cultivos como los bioplásticos, además de ser reciclable y compostable.
durante la recolección o el procesado de frutas y verduras.
Otro punto a favor de este material es el coste competitivo de su materia prima al partir de subproductos y la mínima complejidad de su proceso de fabricación, que no necesita de grandes inversiones en maquinaria. “Feltwood está iniciando una ronda de financiación clave, con el objetivo de reunir los recursos económicos necesarios para escalar la producción de nuestro material ECOES”, comentan.
Esta empresa también se unió a la comunidad EIT Food, que apoya a estas empresas emergentes fortaleciendo sus capacidades de desarrollo e innovación y validando la viabilidad técnica y comercial del producto, además de convertirla en una propuesta atractiva y segura a ojos de los inversores. “Para un inversor, el hecho de que nuestro modelo de negocio esté respaldado por un programa de aceleración de la reputación y calibre de EIT Food representa una disminución significativa del riesgo asociado a la inversión».
por lo que tiene una amplia gama de aplicaciones.
El apoyo de EIT Food
Bio2Coat y Feltwood son dos ejemplos de la tendencia creciente y necesaria de un packaging sostenible, y que pasa por la reinvención del sector y el abandono del plástico. Y desde organizaciones como EIT Food, la comunidad de innovación alimentaria más grande y dinámica del mundo, se crean conexiones en todo el sistema alimentario que estimulan nuevas ideas e innovaciones para impulsar el cambio: entre nuevas empresas y corporaciones; entre empresarios e inversores alimentarios; entre consumidores e industria; entre investigación y acción; entre ideas y realidad; entre presente y futuro.
El programa FAN ya ha lanzado la convocatoria para este año y su Hub en Bilbao se centrará en nuevas soluciones de packaging alimentario sostenible, con importes de financiación que van desde los 20.000 hasta los 50.000 euros.
El programa FAN ya ha lanzado la convocatoria para este año, con importes de financiación que van desde los 20.000 hasta los 50.000 euros
En palabras de Juliet Bray, de EIT Food: «Lo que hace único al programa de aceleración es el toque personal y la comunidad que creamos entre las startups; surgen oportunidades de negocio no solo entre las empresas que incorporamos, sino también entre las otras startups. El aprendizaje entre todas ellas es muy valioso».
se crean conexiones que estimulan nuevas ideas e innovaciones para impulsar el cambio.