El sector exportador de bienes lleva varios años creciendo. En concreto, el volumen anual de ventas al exterior ha crecido más de un 140% desde 2010.
Por el contrario, la complejidad económica de nuestro país no ha ido de la mano de dicho crecimiento, retrocediendo año tras año. Sin embargo, en 2023, último ejercicio con datos disponibles, la tendencia se ha invertido.
De acuerdo con los datos recopilados por Fundación Cotec en su herramienta de Complejidad Económica, España logró subir posiciones en el ranking global en 2023, adelantando a Noruega y a Arabia Saudí y situándose en la posición 33, con un índice de complejidad económica (ECI) de 0,81 puntos.
Aunque en el último año hemos ascendido, lo cierto que es que hemos retrocedido notablemente en las últimas décadas, ya que en el año 1998 nos encontrábamos el 19º lugar de la clasificación mundial, con un ECI de 0,94 puntos.
Además, nos encontramos muy lejos de los países líderes de este ranking, que está encabezado por Japón, con un ECI de 2,07 puntos, seguido por Suiza (1,97 puntos), Taiwán (1,94 puntos), Corea del Sur (1,78 puntos) y Alemania (1,78 puntos).
¿Qué es la complejidad económica?
La complejidad económica de un territorio se mide a partir de la diversidad de la cesta de exportaciones de bienes y de la ubicuidad de estos bienes.
“La diversidad mida la variedad de productos exportados por una economía. Cuando más variada sea la cesta de bienes que una economía exporta, mayor será su diversidad”, indica Fundación Cotec.
Por ejemplo, Alemania presenta una diversidad de 466/1.043. Es decir, exporta 466 de los 1.043 productos que se analizan. España, por su parte, alcanza una diversidad de 436/1.043.
Y la ubicuidad de un producto es el número de países que lo exportan. “Cuantos más países exporten un producto, mayor será su ubicuidad. La ubicuidad explica lo común que es el conocimiento para exportar un producto”, especifica.
Por ejemplo, los telares tienen una ubicuidad de 8/143, ya que son exportados solamente por 8 países de los 143 contemplados en el estudio.
De este modo, Fundación Cotec señala que “a medida que un país acumula conocimiento, aprende a producir más productos (mayor diversidad) que son producidos en menos países (menor ubicuidad)”. Y esto es lo que nos permite conocer su complejidad económica.
Por tanto, el retroceso que ha experimentado nuestro país en las últimas décadas no se ha producido porque España haya dejado de producir y exportar algunos bienes, sino porque otros muchos países han alcanzado nuestro nivel de desarrollo tecnológico.
“Por ejemplo, en los últimos 20 años, Tailandia, China y Eslovaquia se han convertido en importantes exportadores de automóviles, bajando la complejidad relativa del sector”, aclara.
La complejidad económica de un país también sirve para realizar un diagnóstico de situación de la dependencia comercial con el exterior, además de identificar oportunidades para desarrollar capacidades internas, reforzando así la autonomía estratégica del país en un sector de alta complejidad tecnológica.
Por ejemplo, el sector de los dispositivos semiconductores es esencial, por su carácter estratégico y su importancia en la economía mundial. Estos productos son fundamentales en industrias clave, como la automotriz, la informática y las telecomunicaciones, lo que las convierte en un pilar de la transformación tecnológica.
Sin embargo, nuestro país mantiene un déficit continuado y creciente en su balanza comercial con el exterior en el caso de estos dispositivos, que se acentúa a partir de 2020.
“Pasamos de un déficit comercial de 900 millones de euros en 2020 a otro de 2.900 millones en 2023. Esto se deriva principalmente de un fuerte incremento de las importaciones, mientras que las exportaciones se mantienen en niveles muy estables. No sólo tenemos un mayor saldo comercial negativo con el exterior, sino que se acentúa nuestra dependencia con China, el país que concentra el grueso del incremento de importaciones de dispositivos semiconductores de España desde 2020”, puntualiza Fundación Cotec.
Por eso, uno de los Planes de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PERTE) desplegados por el Gobierno se enfoca precisamente en el desarrollo de microprocesadores de vanguardia, fotónica integrada y chips cuánticos, así como en la puesta en marcha de centros de producción y procesado de chips, como contábamos en este reportaje.
Las provincias de mayor complejidad económica
Como es lógico, las provincias españolas de mayor complejidad económica son aquellas que cuentan con más tejido industrial.
Así, aunque el ‘top 5’ por volumen de bienes exportados está copado por Barcelona, Madrid, Valencia, Pontevedra y Murcia, las provincias con mayor ECI son las vascas: Guipúzcoa (0,37 puntos), Álava (0,31 puntos), Vizcaya (0,26 puntos). Y algo más lejos queda Barcelona (0,13 puntos).